La industria conservera española, que concentra en Galicia el 80% de su producción, tiene “encendida la alarma” en el inicio de este año. Los datos aportados ayer por el secretario general de la patronal del sector -Anfaco-, Juan Manuel Vieites, en referencia al cierre del primer trimestre indican que la crisis económica unida a la creciente competencia internacional comienza a afectar al sector por una bajada de la demanda que se refleja en un “estancamiento” de los precios y en las ventas del atún claro, el principal producto del sector, una caída “drástica” de las exportaciones -18,35% en volumen y un 21,45% en valor- y una bajada “pronunciada” (19,94%) de las ventas de túnidos en las marcas de fabricante en favor de las de distribución o “marcas blancas” , cuyas ventas subieron un 13,01%.

Ante tal panorama, se señala como solución la aplicación del Plan Estratégico de la Conserva 2007/20013 “del que la Consellería de Pesca desde hace dos años no sabe, no contesta”, señaló Vieites. Así, la patronal acudirá de inmediato con su Plan Estratégico al nuevo gobierno gallego para que lo impulse, lo mismo a la Administración Central y la Comisión Europea (CE).

“Sabemos que quien juega son las empresas, pero la Administración tiene que poner un terreno de juego adecuado”, indicó Vieites.

Según Vieites, el sector ve en “grave peligro” su supervivencia y viabilidad futura si no se aplica la amplia batería de medidas incluidas en el Plan Estratégico al unirse a la actual crisis económica amenazas como la creciente competencia internacional y debilidades estructurales de esta industria como su “atomización, reducida dimensión empresarial, alta dependencia del sector primario, exceso de capacidad productiva (se usa sólo el 75%) o escaso poder de negociación con clientes por la concentración de las ventas en las grandes superficies”.

Para modificar tal panorama, Anfaco plantea medidas como incremento del valor añadido de la producción (creación de marca de calidad certificada y reactivar la de “Galicia Calidade”), reforzamiento de las estructuras empresariales (apoyo al cese voluntario de actividad, activar el proceso de concentración y más dotación de suelo industrial para abandonar los cascos urbanos), cambios reglamentarios que permitan a las grandes empresas acceder a ayudas del Fondo Europeo de la Pesca (FEP), refuerzo de la competitividad a través del I+D+i y medidas fiscales, financieras y laborales. En este capítulo, además de estabilidad al empleo y aunque “no se trata de revisar el convenio colectivo firmado hasta 2011, cuando no había crisis” se plantea moderación salarial adaptada a incremento de productividad, prejubilaciones o lucha contra el absentismo.

Por último, Vieites se mostró muy crítico con el equipo de la la Consellería de Pesca en funciones, tanto por la no aplicación del Plan Estratégico como por dejar como “un lodazal” sus relaciones con el sector, al que, dijo, dejó “desamparado” en los últimos meses al denegarle ayudas quizás como “revancha” por su posición en el reciente conflicto del mejillón.