Generalmente las recesiones duran un año y dan lugar a un repunte sólido de por lo menos cinco años, pero en esta ocasión no ocurrirá lo mismo, según un estudio divulgado hoy por el Fondo (FMI).

La situación actual es "rara" porque combina una crisis financiera con una desaceleración económica a nivel mundial, en lugar de estar restringida a ciertos países, lo que acarreará una recesión "excepcionalmente larga y profunda", de acuerdo con ese análisis.

Gran parte de las economías de los países avanzados están en contracción, empezando por Estados Unidos, donde los números rojos se iniciaron en diciembre de 2007. El Fondo augura que el repunte vendrá el próximo año, pero será "lento".

Su análisis de la reacción a las últimas crisis concluye que la bajada de intereses es importante, pero a la hora de sacar a los países del atolladero es más útil la expansión fiscal.

El Fondo recomendó acciones "enérgicas" en ambos frentes, aunque también destacó "la importancia fundamental de restablecer la confianza en el sector financiero para que las políticas macroeconómicas sean eficaces y la recuperación se consolide".

Los problemas financieros en los países en desarrollo han trasmitido rápidamente la crisis a los emergentes, de acuerdo con otro estudio hecho público hoy por la entidad.

El Fondo advirtió de que la caída del flujo de capital extranjero hacia los países en desarrollo probablemente será un fenómeno largo, "dados los problemas de solvencia" de los bancos de las economías avanzadas que financian el crédito en las naciones emergentes.

En este sentido, la región más vulnerable es Europa oriental, donde predominan las entidades financieras de los países occidentales del continente, según el Fondo.