Aznar hizo esas reflexiones en una conferencia pronunciada ayer en la Universidad de Harvard, cuyo contenido ha sido facilitado hoy por FAES.

El presidente de esta Fundación cree que Europa lleva mucho tiempo perdiendo peso en el conjunto de la economía mundial y defiende una mejor, pero no mayor regulación económica y supervisión financiera pública, menores impuestos, menos gasto público, menos intervención pública en los mercados y menos empresas públicas.

Aznar llama la atención sobre la "insuficiente independencia" del Banco Central Europeo respecto de los poderes políticos y "su consiguiente exceso en la oferta de dinero como resultado de la presión política".

Para él, esos han sido dos grandes detonantes de la crisis financiera en Europa, y, por ello, defiende que en el futuro se respete más la independencia del BCE.

El ex presidente advierte de que la economía no es lo único que está en crisis en Europa, ya que cree que sufre también "una crisis de principios y valores, una crisis moral, una crisis de identidad que, a su vez, mina la confianza de buena parte de los europeos en su propio futuro".

Pese a ello, asegura ser un europeísta convencido y muestra su optimismo sobre el futuro de Europa porque cree que se puede "corregir el rumbo" y restablecer la confianza en los valores que unen al continente.

Unos valores que en su opinión están firmemente arraigados en los Estados-nación y que, si no se respetan, "el nacionalismo podría aumentar y destruir la Europa que hoy conocemos".

Además de mostrarse partidario de que la UE fije definitivamente sus límites geográficos y no reniegue de sus raíces cristianas, llama la atención sobre el problema demográfico europeo.

La inmigración, opina, puede ser parte de la solución, pero probablemente no la solución completa, al tiempo que señala que los europeos no están teniendo éxito en la total integración de este colectivo.

Entre los valores que defiende se encuentra el de la libertad de expresión, ante la que destaca que los europeos no pueden aceptar ninguna amenaza por parte de quienes quieren silenciarlos.

"Gobiernos que se disculpan por unas caricaturas es un primer paso hacia la rendición de las democracias ante el totalitarismo", añade antes de considerar que el nombramiento de Anders Fogh Rasmussen como secretario general de la OTAN es un mensaje poderoso frente a quienes no creen en la libertad de expresión.

Alude así a las reticencias de Turquía a ese nombramiento por el hecho de que Rasmussen, como primer ministro de Dinamarca, defendiera la publicación en diarios de este país de caricaturas de Mahoma.

El ex presidente del Gobierno respalda una renovación de la Alianza Atlántica y que esta organización se abra a incorporar nuevas democracias entre sus miembros.

Defiende igualmente que Europa preste mayor atención a América Latina, donde, asegura, las libertades están siendo seriamente socavadas en Venezuela, Bolivia y Ecuador y aboga por la democracia en Cuba.