La cifra, considerada histórica y equivalente al 3 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), pretende rescatar la economía de un país que se asoma a la peor recesión de los últimos 50 años, a través de inversiones y ayudas en eficiencia energética, educación y salud.

El plan presentado por el Ejecutivo y la coalición gobernante del Partido Liberal Demócrata (PLD) y el Nuevo Komeito, contempla ayudas a las empresas con problemas de liquidez y medidas para la creación de empleo.

Esta serie de medidas es la tercera y más amplia de las ampliaciones fiscales llevadas a cabo por el Gobierno nipón en los últimos meses y que suman ya los 25 billones de yenes (249.100 millones de dólares).

Las nuevas ayudas fiscales se presentarán ante la Dieta (Parlamento) como una ampliación al presupuesto del año fiscal 2009, que comenzó a principios de este mes, y se financiarán a través de la emisión de deuda.

El primer ministro, Taro Aso, dijo ayer a la prensa que con las medidas propuestas por su gabinete pretenden crear 2 millones de empleos en tres años y llevar la demanda a niveles entorno a los 60 billones de yenes (597.840 millones de dólares).

Aso, que se enfrenta a unos índices de popularidad especialmente bajos, tras siete meses al frente del Ejecutivo, condicionó su permanencia en el cargo y la convocatoria de elecciones anticipadas a la aprobación de las medidas de estímulo en el Parlamento.

En caso de que no se convoquen elecciones generales anticipadas, los comicios están previstos para septiembre en Japón.