Las tarifas de último recurso (TUR) de electricidad -los precios máximos que podrán cobrar las compañías y que el Gobierno fijará desde el 1 de julio- quedarán reservadas a quienes tengan contratada una potencia inferior o igual a 10 kilovatios (kW), frente al límite de 15 previsto inicialmente.

El cambio de límite supone dejar fuera de las TUR a unos 760.000 clientes de baja tensión, en su mayoría pymes y que representan el 5% de la demanda total de energía eléctrica en España, según datos de la patronal eléctrica Unesa.

Según Industria, podrán acogerse a las TUR 24,92 millones de clientes de baja tensión, mientras que 1,25 millones de usuarios, que suponen el 31,7% del consumo en baja tensión, deberán ir al mercado liberalizado al haber contratado más de 10 kW de potencia.

Esta novedad se incluye en un Real Decreto, aprobado ayer por el Consejo de Ministros, que regula la puesta en marcha del suministro de último recurso eléctrico, que supondrá la desaparición de la actual tarifa integral y permitirá avanzar en la liberalización del sector.