La crisis que atraviesa el sector del automóvil en todo el mundo obligará a la industria de componentes a concentrarse. Lo asegura el presidente de Faurecia, Yann Delabrière, quien sostiene que el proceso de reestructuración -que ya comenzó en Estados Unidos- aportará mejoras estructurales y mayor rentabilidad a las empresas.

El responsable de Faurecia, que en Galicia emplea a casi un millar de trabajadores en sus cuatro centros de producción (dos en Vigo, una en Porriño y otra en Ourense), advierte además de que la recuperación de esta industria será “muy lenta y progresiva” por el descenso de la demanda de vehículos, aunque matiza que el deterioro de la actividad “parece que ha cesado”.

Delabrière se reunió el pasado lunes con el nuevo presidente de PSA Peugeot Citroën, Philippe Varin, con el que establecerá unas relaciones útiles y de confianza, “al igual que teníamos con Christian Streiff”.

En una entrevista al diario económico Les Echos, el responsable de Faurecia, filial del grupo PSA y una de las multinacionales de componentes más importantes del mundo -en España tiene 25 fábricas-, explicó que este sector se enfrenta a un semestre difícil, con un desplome de las producciones del 20% en Europa y del 30% en el mercado americano, lo que coloca a los proveedores en una situación “especialmente dolorosa”.

Según Delabrière, la industria de componentes es víctima de un “doble dolor”: por una parte, la caída de la demanda final de coches, y por otra, por los recortes ordenados por los fabricantes. “Estos recortes deberían terminar en el segundo trimestre, y a partir de ahí, evolucionaremos al mismo nivel que la demanda final”, argumentó.

El presidente de Faurecia recalcó además que la crisis cambiará la relación existente entre fabricantes y proveedores. “La crisis va a traer necesariamente una concentración de la industria de componentes, que en otras partes ya ha comenzado”, apuntó Delabrière en relación a EE UU. A su juicio, los fabricantes europeos han comenzado a tomar conciencia del riesgo que supone la “fragilidad de su base de proveedores”, sobre todo de cara al lanzamiento de nuevos modelos.

Por otra parte, Delabrière reconoció que el deterioro en esta actividad parece que ha cesado: “Desde septiembre, mes tras mes las previsiones de los fabricantes no han parado de revisarse a la baja. Eso ya no ocurre con las efectuadas por nuestros clientes desde mediados de marzo: por primera vez la última ha confirmado la del mes precedente”.

Pero la recuperación será “muy lenta y progresiva”, debido a que el sector acumula una crisis cíclica, “comparable a la de 1973, la de principios de los ochenta o la de 1993”, con otra estructural motivada por el sistema financiero. “Prácticamente el 60% de los coches vendidos en el mundo, excepto en China, se venden a crédito”, señaló.

Respecto a la evolución de la compañía, Delabrière aseguró que Faurecia ha tenido que realizar un ajuste de costes y “desgraciadamente de personal” para garantizar su viabilidad. “Seguiremos con los planes anunciados a finales de 2008”, concluyó.