Los precios que por el pescado reciben los armadores en primera venta está lejos del que por el mismo producto abonan los consumidores finales. Esas diferencias se concretan en incrementos que en el caso de algunas especies, como el jurel, superan el 700%. En casos como la merluza, la pescadilla o la sardina las diferencias estarían entre el 200 y el 400%.

Es la denuncia que plantea Javier Garat, secretario general de la gran patronal Cepesca, ateniéndose a datos del Observatorio de Precios de los Alimentos, publicado por la Administración central semanalmente y que, en este caso, se refieren a la semana número 50 de este año.

A estas "grandes diferencias entre los precios del pescado en origen y destino" se añade en la denuncia de los armadores la caída de los precios que, en general, se está produciendo en el precio de venta en origen en comparación con el año pasado, lo que, en su opinión "está afectando a la rentabilidad de nuestras empresas".

Bajadas

Así, destaca el portavoz de Cepesca, las bajadas de precios que se han registrado en la semana 50 de este año con respecto a la misma del anterior en especies como la merluza de mayor tamaño (entre 2,5 y 5 kilogramos), que se ha visto depreciada en un 64%, al pasar de los 11,25 euros/kilo a que en origen se pagó de media en España en la semana 50 del año pasado ha pasado a cotizarse en la misma de este 2008 a 4 euros/kg.

La misma tendencia registrarían especies como el jurel (-28%), la caballa (-23%) o la sardina (-6,25%). Otras especies, como la pescadilla, registran en cambio el fenómeno contrario, es decir, han aumentado su cotización con respecto al año pasado en un 16%.

Garat señala también que esta caída de precios en origen tampoco se acompasa con bajadas similares en destino y, así, recuerda que, como refleja el gráfico superior, los precios para el consumidor final o han bajado sólo ligeramente o, incluso, han sufridos algunas subidas.

"No hay ninguna relación entre la bajada del precio en origen que estamos sufriendo los pescadores con el precio que pagan al final los consumidores y éstas son situaciones que están afectando a la rentabilidad de nuestras empresas. Por un lado no tenemos un precio del gasóleo, el principal coste de explotación de nuestras empresas, a un precio razonable y, por otro lado, por nuestros productos, que son nuestra única vía de ingresos, la venta del pescado, no estamos obteniendo todo lo que deberíamos porque el precio está bajísimo", recuerda Javier Garat.