Ha llegado el día clave para el futuro del Grupo San José, una de las mayores constructoras gallegas, que acaba de conseguir 142 MW en el concurso eólico de la Xunta y una participación del 27,5% en la mayor operación urbanística de Chamartín de las últimas décadas. Una deuda de 1.200 millones con nueve bancos -su pasivo total se eleva a 1.500 millones- será renegociada mañana en Madrid con las nueve entidades acreedoras.

La negociación del grupo que preside Jacinto Rey con los bancos y cajas -Caixanova, Caixa Galicia, Banco Pastor, Banco Popular, Banesto, BBVA, Barclays y Caja Madrid- no parece fácil en principio, dada la alergia que en los últimos tiempos ha demostrado el sector financiero con las empresas constructoras e inmobiliarias.

El toro pilló al Grupo San José en la operación de compra de Parquesol a la familia vallisoletana Fermoselle hace año y medio. La inmobiliaria está valorada ahora en menos de una tercera parte del precio de compra.

Ante la mala situación del sector en España, Jacinto Rey ha puesto en los últimos meses sus ojos en Argentina donde está desarrollando importantes proyectos.

Esta nueva línea de negocio y la potencia eólica recién conseguida en el concurso de la Xunta pueden servirle de balón de oxígeno y de garantías futuras ante las entidades acreedoras. Los 142 Mw obtenidos le reportarán unos ingresos anuales superiores a los 14 millones de euros.

Otra garantía que pueden tener los bancos acreedores es la participación del Grupo San José en la "operación Chamartín". que fue presentada el pasado miércoles en Madrid en un acto conjunto del Ministerio de Fomento y el ayuntamiento de la capital. Esta urbanización contempla la construcción de 16.000 viviendas, supondrá una una inversión de 11.000 millones de euros y dará trabajo a la compañía en los próximos 12 años. Otro dato que da idea de la magnitud del proyecto es que el empleo que generará: más de 10.000 puestos directos y otros tantos indirectos.

En este negocio San José va de la mano del BBVA, una de las entidades a las que debe dinero y con la que también tendrá que negociar mañana. Mientras la constructora gallega participa con el 27,5E en la urbanización de Chamartín, mientras que el banco que preside el también gallego Francisco González lo hace con un 72,5%.

Las mayores dificultades que tiene San José a la hora de solicitar la refinanciación serán convencer a los bancos y cajas de que sus activos volverán a revalorizarse una vez finalice la crisis.

Otras deudas

Además de la deuda contraída de 1.200 millones con los nueve bancos y cajas, San José tiene otras deudas pendientes una de ellas de 420 millones de euros con el BBVA y Caja Madrid y otras de menor cuantía con una treintena de entidades financieras que suman en total unos 1.500 millones de euros.

De no llegarse a un acuerdo, los acreedores pondrían en un grave aprieto a la constructora pontevedresa que no tendría otra salida que la suspensión de pagos, en un proceso concursal similar al que esta atravesando Martinsa-Fadesa y otra serie de empresas del mismo sector.

En este caso las entidades tienen una mayor disposición al diálogo y al acuerdo que con la empresa de Fernando Martín, ya que la implantación internacional de San José y la diversificación de su grupo de empresas pueden ser decisivas en las negociaciones que se iniciarán mañana en Madrid.