La fabrica que el fabricante tiene en Busan (sureste de Corea del Sur), que produce los modelos SM7, SM5 y QM5, permanecerá cerrada desde mañana hasta el 4 de enero.

Sin embargo, los 2.700 trabajadores de la planta continuarán percibiendo su salario durante los días de paralización, según la propia empresa.

Se trata del primer cierre de esta planta desde que Renault adquiriera el 80,1 por ciento de Samsung Motor en septiembre de 2000.

"Reanudaremos la producción a principios del año que viene", dijeron fuentes oficiales de Renault Samsung citadas por Yonhap.

Sin embargo, la compañía no quiso desvelar cuánto dinero le costaría este cierre temporal.

El fabricante de vehículos ya anunció el pasado 10 de diciembre suspensión de la producción de su planta en Busan durante tres días debido a la caída de las ventas, pero no llegó a cerrar sus instalaciones.

En noviembre las exportaciones de Renault Samsung cayeron un 40,2 por ciento respecto al mes anterior. Asimismo sus ventas en el mercado doméstico también retrocedieron un 30,6 por ciento.

La compañía se ha unido con su decisión a fabricantes como GM Daewoo y Ssangyong Motor, que también han decidido cerrar temporalmente algunas de sus fábricas para controlar los niveles de inventario y reducir los costes.

Por su parte, Hyundai Motor y su filial Kia Motors, los dos principales fabricantes de vehículos de Corea del Sur, han optado por recortar la duración de sus jornadas laborales ante la caída de la demanda.

Renault Samsung está además empezando a estudiar la posibilidad de un recorte de alrededor de 600 trabajadores de sus oficinas mediante la propuesta de jubilaciones anticipadas voluntarias, según Yonhap.