L. PIÑERO  Vigo

Las principales multinacionales del automóvil encargan la fabricación de sus logotipos de marcas a una empresa gallega. En la actualidad, Citroën, Peugeot, Renault, Volvo, Mercedes Nissan, Opel y Dacia, ente otras, ponen su sello con piezas fabricadas en la planta que Dourdin tiene en el polígono de Chan de Amoedo, en Redondela. En total 60 millones anuales de unidades que identifican a los vehículos en los frontales, laterales, traseras e interiores. Incluso en el centro de los volantes, llantas y tapacubos.

En España sólo se queda el 20% de la producción de Dourdin, mientras el resto se exporta a fábricas francesas, inglesas, turcas y rumanas.

La empresa redondelana ha desarrollado sus propios métodos para lograr la excelencia en lo que se denomina "metalización electrolítica del plástico", proceso que se mantiene en secreto y que le ha llevado a Dourdin a posicionarse como la tercera empresa del sector en España.

La empresa inició su actividad en 1984 en la zona Franca de Vigo, con una especial dedicación al sector del automóvil, aunque con actividad en mobiliario plástico de jardín de alta gama. Su actividad se amplía en el año 92 con la puesta en marcha de una planta en Paredes de Coura (Portugal), en la que se fabrican adhesivos y otros elementos de decoración del automóvil. Uno de sus mayores éxitos fueron las decoraciones del Renault Sport, además de otras series cortas para varias marcas en las que el objetivo era personalizar los modelos.

Cuenta con 64 trabajadores en su planta de Redondela y otros 80 en Portugal. Su actividad ampliará en los próximos meses a Rumanía y Brasil donde está construyendo dos plantas, por un importe total de 6 millones de euros.

Su director-gerente, Eliseo Rozas, explica las dificultades que encuentran para encontrar manos de obra cualificada para este tipo de trabajo.

"Las administraciones deberían de preocuparse por formar personal para este tipo de actividad. No es que tengamos dificultad en encontrar trabajadores especializados, es que no los hay. Todos los que tenemos en planta los hemos formado nosotros", afirma Rozas.

Las crisis del automóvil les ha afectado duro. En los últimos meses Dourdin ha tenido que reducir su plantilla en un 30%, aunque la intención de la empresa es "reducir el trabajo temporal y evitar, en la medida de lo posible, tener que acudir a expedientes de regulación".

La crisis hizo que la planta de Chan de Amoedo redujese su personal de 90 a 64 personas en pocos meses, aunque Rozas espera que a partir de mediados de 2009 las ventas de vehículos vuelvan a repuntar.

De hecho, tienen en cartera nuevos proyectos para fabricar enseñas para dos nuevos modelos de Citroën, uno de Renault y uno de Volvo. Y confían, sobre todo, en su trabajo de precisión es casi único en el sector del automóvil, en el que cuenta con el asesoramiento de Aimen en los complicados procesos que está incorporando.

Piezas revisadas manualmente, una a una, para evitar defectos

La planta de Dourdin tiene más de laboratorio que de fábrica. Allí se mezclan numerosos elementos químicos capaces de recubrir trozos de plástico para darle la apariencia metálica.

Para ello cuenta con una gran línea automatizada en donde las piezas plásticas de cada modelo pasan por numerosos baños ácidos y electrolíticos en los que van adquiriendo partículas de cobre, níquel y cromo que le dan el aspecto metálico final.

Para realizar el proceso se necesitan plásticos especiales que sean aptos para ser cromados.

Tras pasar por una interminable cadena, en los que las piezas se sumergen controladas por un sistema automático -desarrollado por la propia empresa-, llegan a su proceso final en el que tienen que ser revisadas manualmente, una a una, para evitar defectos.

"La metalización es un sistema demasiado complejo que requiere cariño, tiempo y paciencia" señala Eliseo Rozas.

El I+D+i y el tratamiento de los residuos son dos capítulos importantes que absorben una gran parte de los presupuestos anuales de la empresa. En estos momentos está gestionando la Autorización Ambiental Integrada 2007/0279.

A pesar de las dificultades que atraviesa el sector de la automación, Rozas asegura que la clave del crecimiento de la empresas es su capacidad de autofinanciación.