Benigno Valdés (San Martín del Rey Aurelio, 1953) es un economista tan destacado como, quizá, poco conocido en su tierra asturiana. Director general del Instituto Madrileño de Estudios Avanzados en Ciencias Sociales (IMEDEA), es catedrático de Teoría y Política Macroeconómica de ICADE. Analiza el porqué de la crisis y sus repercusiones.

-¿Estamos, como aseguran algunos, en un proceso de refundación del capitalismo?

-No. Yo también he oído eso, pero no entiendo su significado, ¿qué puede querer decir refundar el capitalismo?, ¿podemos reinventar la rueda? La economía de mercado es un mecanismo, ya inventado, para asignar los recursos económicos. Y es el mejor de los inventados con ese fin. Esto no es una opinión, es un teorema. En el terreno de la práctica, cuantos países han logrado salir de la pobreza lo han hecho adoptando el mecanismo de mercado.

-¿Entonces cuál es la naturaleza de esta crisis?

-Esta crisis no es la primera ni será la última. Lo que ha fallado no es el capitalismo, sino algunas de las decisiones públicas y también privadas. Estamos en un proceso de corrección de esos errores. Los instrumentos hay que usarlos bien; si se usan mal, tiene un coste. Pero la culpa no es del instrumento sino de quien lo usa.

-¿Puede hacer una lista breve de esos errores y explicarlos?

-Para empezar, los tipos de interés fijados por los bancos centrales no han sido los adecuados. Eso provocó que durante varios años ahorrar fuese un mal negocio mientras que tomar prestado parecía una buena idea. Sobre esa base se ha tomado prestado en exceso, y lo que es peor, los bancos han concedido créditos sin pararse a pensar cabalmente en si podrían ser devueltos. Al mismo tiempo, muchas entidades de intermediación financiera se dedicaron a crear instrumentos de inversión de muy alto riesgo, que no percibieron como tal ni los inversores, ni las agencias de calificación ni, esto es lo peor de todo, los reguladores. En cuanto empezó a haber incobrados el miedo se extendió entre los banqueros e inversores, aquéllos detuvieron el flujo de nuevos créditos y, como es lógico, han estrangulado a las empresas y a las familias.

-¿Quién pagará la factura?

-En primer lugar las familias, que a fin de cuentas son las que menos culpa tienen ya que no hay un economista en cada hogar; los bancos, también, aunque ya veremos si pagando toda la parte que en justicia les corresponde; y el sector público debería reconocer sus errores y corregir sus políticas, en vez de perder el tiempo culpando al mecanismo de mercado.

-¿Puede superarse la crisis financiera internacional en un año y prolongarse la correspondiente a la economía real?

-¿En España? Bueno, no hay duda de que tenemos dos crisis, la financiera, que en parte viene de afuera, y la nuestra propia, que será dura. La crisis financiera pasará, pero la de la economía real seguirá algún tiempo más. ¿Cuánto más?

-¿La economía española no exporta porque es poco competitiva y es poco competitiva porque en muchos sectores reinan los monopolios?

-La economía española es poco competitiva porque le falta mano de obra bien cualificada, el sistema educativo es inadecuado, desde la enseñanza básica a la universitaria. También faltan fuentes de energía baratas. Renunciar a la energía nuclear tuvo su toque progre, pero nos está saliendo carísimo, y para terminar comprándole energía nuclear a Francia bien podríamos haberla producido nosotros. Nos falta espíritu emprendedor. Y valorar el esfuerzo individual y el mérito personal. En España ser un chico estudioso, por ejemplo, no se lleva nada y con frecuencia está mal visto.

-¿Qué pasa con Sacyr, Repsol YPF y la petrolera rusa Lukoil?

-De todo, supongo. No entiendo cómo es posible que, estando preocupados por nuestra excesiva dependencia energética de un país, Argelia, que presenta un elevado índice de inestabilidad política, ahora vayamos a entregar Repsol a una compañía rusa. ¿Y si dentro de un tiempo nos cortan el flujo energético? Todo este asunto es un poco raro. Lo que me sorprende es que la Unión Europa no esté poniendo el grito en el cielo. ¿Se imagina qué estarán pensando de estos los polacos, por ejemplo?