La canciller alemana, Angela Merkel, anunció ayer que el Gobierno del país tomará una decisión sobre las ayudas financieras para la marca automovilística alemana Opel, propiedad de General Motors, antes de las próximas Navidades, aunque incidió que estas garantías están condicionadas a su utilización en los centros de la compañía en Alemania.

Así lo indicó la máxima responsable del ejecutivo alemán tras la reunión mantenida con la dirección de Opel, en la que se analizó la actual situación de la industria de la automoción a nivel internacional y el caso de la filial de General Motors, en particular.

"Hemos hablado sobre una posible garantía que aseguraría las necesidades de liquidez de la compañía a medio plazo", explicó Merkel, al tiempo que resaltó que el caso de Opel es especial en comparación con otros fabricantes de automóviles.

Por su parte, el presidente de General Motors Europe, Carl-Peter Forster, aseguró, tras el encuentro, que los fondos garantizados por el Gobierno de Alemania se utilizarán para las plantas que mantiene la empresa en el país y resaltó que estas garantías podrían alcanzar los 1.000 millones de euros. Forster aseguró que las necesidades de liquidez de Opel están garantizadas a corto plazo.

Esta reunión se produjo después de una solicitud por parte de la firma de automóviles alemana para demandar ayuda financiera al Ejecutivo alemán. Merkel insistió en que en el que caso de que se destinen fondos a Opel, éstos se deben utilizar en Alemania y no deben ser destinados a mejorar la difícil situación económica que atraviesa su matriz, la corporación estadounidense General Motors.