Se le conoce más por su pasado como concejal en Vigo o por su actual actividad parlamentaria en Madrid que como empresario, pero Javier Guerra es propietario y dirige una de las plataformas de distribución textil más importantes de España: El Secreto del Mar. Esta compañía está detrás de marcas tan populares como "El Niño", "Bloom", "Jaguar" y "Van Gills", entre otras, y desde su fundación ha logrado mantener unas tasas de crecimiento superiores al 125%. Este éxito ha llevado al semanario "Actualidad Económica" (Unidad Editorial) a designarla como la "Empresa Revelación del Año" en España. El propio Javier Guerra recogerá esta noche el galardón en una gala ofrecida en Santiago.

-Enhorabuena.

-Muchísimas gracias.

-¿Cómo recibe este premio?

-Pues con mucha responsabilidad. Estoy muy contento y satisfecho, como lo están el resto de miembros que integran la empresa. El grupo está compuesto por unas sesenta personas que trabajan de forma directa, la mayoría distribuida en oficinas entre Vigo y Oporto.

-Ya sé que suena un poco redundante, pero, ¿cuál es el secreto de El Secreto del Mar?

-El secreto es el trabajo -hemos pasado unos años de muchísimo esfuerzo- y un equipo humano comprometido y orgulloso de lo que hace. Eso nos da mucha fuerza. También el conocimiento del sector -nos hemos preparado bastante bien-, y por supuesto, una pizca de suerte. Básicamente es eso. Ser responsable y honesto con tu trabajo. Hombre, desde el punto de vista técnico hay otras cosas, pero no entran en el concepto.

-La empresa está en plena fase de expansión, ¿no?

-El Secreto del Mar pretende ser una plataforma de marcas de confección. Ahora ese abanico se está abriendo mucho y estamos negociando con marcas muy importantes. La verdad es que entre manos tenemos proyectos interesantes.

-¿Entra Asia en sus planes?

-No nos planteamos ir a Asia. El foco de toda la empresa ha estado en obtener una posición medianamente importante en España. En el momento en que eso se ha consolidado, ahora es el momento de ir a otros mercados. El primero es muy inmediato, y es Portugal, y después estudiamos mercados que serán claves para nosotros. Si tenemos éxito en esto, tendremos éxito en prácticamente todo el mundo. Estamos haciendo un especial hincapié en Italia, el país de la moda; y en los Países Bajos, sobre todo en Holanda. Aquí también hay un mercado interesante de ropa casual wear.

-¿Cómo ve de salud al textil gallego?

-Por un lado están las grandes empresas que tienen una posición extraordinaria, y que todos conocemos. Y el resto del sector está compuesto por pequeñas y medianas compañías. En este sentido, el contexto económico actual no es muy apropiado. Están pasando por dificultades que les impiden ser competitivas.

-En su caso, ¿les afecta la falta de financiación?

-A nosotros no. Somos una empresa que ha cuidado al máximo la financiación desde el primer momento. Nos autofinanciamos. Puedo decir con orgullo que nunca hemos pedido un crédito en la compañía. Por eso estamos en posición de invertir en nuevos proyectos; tenemos las espaldas bien cubiertas. Lo que sí nos afecta es la caída del consumo, y después, como también tenemos tiendas propias, el coste de los alquileres en las calles principales. Una vez que el consumo baja, mantener unos alquileres caros es complicado.

-¿Cree que la crisis terminará por cribar a este sector en Galicia?

-Creo que sí, que habrá alguna empresa que cierre, un proceso de selección, porque el consumo actual hará que las empresas con una estructura financiera menos sólida tengan dificultades. Algunas se quedarán por el camino.

-¿Tienen en mente cambiar de sector, diversificar su actividad?

-Hemos creado una especie de pequeño fondo de capital riesgo, si me permites la expresión. Una parte del dinero que tiene la compañía está abierto a estudiar cualquier tipo de proyectos, y no hay ningún problema en diversificarnos. Estamos estudiando muchas empresas, marcas que necesiten capital y gestión. Desde todos los ámbitos: el ocio, marcas deportivas? No te puedo precisar mucho más porque estamos en plena negociación y se pueden echar atrás y quedo mal.