El elevado precio del barril de crudo golpea con fuerza los mercados financieros internacionales, las economías nacionales y los bolsillos de los ciudadanos, pero directamente ha beneficiado a otros sectores como a los astilleros de la ría de Vigo que han visto como sus carteras de pedidos se han incrementadas con encargos de varias clases de buques de apoyo a plataformas petrolífera (offshore).

Todos los grandes astilleros vigueses, además de Factoría Naval de Marín, están actualmente trabajando en este segmento de flota sobre un total de 20 unidades -buques de investigación sísmica, hoteles flotantes y supplys multipropósito-, con un valor total de 2.190 millones de euros.

Estos pedidos suponen el 70% de la actividad de los astilleros y todas las unidades han sido encargadas por navieras noruegas especialistas en la extracción de crudo en alta mar.

El astilleros Hijos de J. Barreras encabeza el número de pedidos de buques de apoyo a las plataformas petrolíferas con siete barcos: 4 buques sísmicos, 2 supplys y un barco hotel (Accommodation Vessels) para 600 personas por un total de 1.000 millones de euros.

Por su parte, Factorías Vulcano cuenta en su cartera con 4 supplys por un total de 450 millones de euros -alguna de estas unidades se construye en su astillero Juliana de Gijón- y un buque hotel para 300 pasajeros que supone otros 110 millones de euros.

El astillero MetalShips, del Grupo Rodman, está construyendo otros 4 supplys por un total de 360 millones, 90 por unidad.

Construcciones Navales Paulino Freire trabaja en su astillero de Bouzas en otros dos supplys por 200 millones de euros, mientras que Factoría Naval de Marín se encarga de otros dos buques del mismo tipo, aunque algo más pequeños, por 70 millones.

"Con el precio del barril a 50/60 dólares no era rentable para las navieras construir buques tan sofisticados para buscar petróleo a grandes profundidades en los océanos, pero ahora que está rozando los 150 dólares las cosas han cambiado y se han lanzado a construir barcos de nueva generación para extraer petróleo de donde sea, incluso de yacimientos que antes se habían descartado por ser poco rentables", señala José Francisco González Viñas, presidente del astillero Barreras.

La elección por parte de los navieros noruegos de los astilleros de la ría de Vigo no es casual. Hace ya años que se establecieron los primeros contactos y han encontrado en la zona centros de construcciones navales con precios y plazos muy interesantes.

Además, en este caso la competencia de los astilleros asiáticos es prácticamente nula porque carecen de la tecnología suficiente para hacer frente con garantías a esos pedidos.

Donde no escatiman gastos los navieros noruegos es en la seguridad y en el confort de los buques, unido a los más altos requerimientos técnicos. Todo un reto que los cinco astilleros de Vigo y Marín han resuelto con eficacia. De hecho, los pedidos se acumulan más allá del 2013, aunque los responsables de los astilleros prefieren firmar únicamente precontratos para poder ajustar los precios meses antes de comenzar la construcción.

Los astilleros vigueses han sido pioneros en el mundo en el diseño de los buques sísmicos y del buque hotel. Para los primeros se ha desarrollado la tecnología X-BOW, o de proa invertida, que permite operar en condiciones extremas en la mar, mejorar el consumo de combustible, la calidad de la vida a bordo y de los niveles de confort.

Estas unidades disponen también de los sistemas de prospección sísmica más avanzados del mundo, que permiten localizar con precisión las bolsas de petróleo mediante el análisis del espectro de ondas acústicas reflejadas en el fondo marino y recogidas a través de unos sensores especiales denominados en el argot offshore "streamers" que reciben del eco de unos proyectiles lanzados por aire comprimido desde el buque.

El Accommodation Vessels será un buque hotel para alojar a los técnicos y trabajadores de las plataformas con el más alto grado de comodidad. La unidad que se construirá en Barreras -el próximo uno de agosto se pone la quilla- es la de mayor capacidad del mundo con 600 pasajeros, mientras que las actuales que se encuentran en servicio disponen de un máximo de 400 plazas y son buques reformados para esta misión y no diseñados específicamente para la misma.