Pese a la desaceleración de junio, el crecimiento de la masa monetaria en circulación se sitúa muy por encima del valor que recomienda el BCE para mantener la estabilidad de precios, que es del 4,5 por ciento.

El crecimiento anual del crédito al sector privado bajó en junio hasta el 9,8 por ciento, frente al 10,5 por ciento del mes anterior.

Para algunos expertos, el fuerte crecimiento monetario puede generar también presiones inflacionistas.

El BCE subió a comienzos de julio los tipos de interés 25 puntos básicos hasta el 4,25 por ciento para hacer frente a las presiones inflacionistas por el encarecimiento del petróleo y los alimentos.

Al mismo tiempo, el incremento anual del agregado monetario M3 en el trimestre de abril hasta junio fue del 9,9 por ciento respecto al mismo periodo del año pasado.

Entre marzo y mayo de este año, la subida del M3 fue del 10,1 por ciento, así que se ha producido una pequeña desaceleración trimestral del ritmo de incremento.

El agregado M3 comprende el efectivo en circulación, depósitos a la vista y a plazo hasta dos años, depósitos disponibles hasta 3 meses, cesiones temporales de deuda y fondos de inversión en activos del mercado monetario (FIAMM).

La expansión anual de los créditos hipotecarios cayó en junio hasta el 4,4 por ciento, frente al 5,6 por ciento de mayo.

La tasa de crecimiento anual de los créditos de consumo se redujo en junio hasta el 4,8 por ciento, frente al 5 por ciento del mes anterior.

La medición del dinero en circulación constituye uno de los dos pilares en los que el banco emisor europeo basa su política monetaria, cuyo fin es lograr la estabilidad de los precios y sirve de referencia a la entidad para poder prever la inflación en los países que comparten el euro.