- Dicen que los otros sindicatos estaban esperando que se fuera para recuperar terreno sindical.

- Si piensan así lo tienen muy complicado porque contamos con un equipo muy completo, que tiene las ideas muy claras de cómo tiene que funcionar. Sólo tendrán que ir adaptándose a las circunstancias de cada momento, como hemos venido haciendo hasta ahora. Lo que esperamos es que los otros sindicatos sigan colaborando con nosotros.

- ¿Los trabajadores afiliados al SIT tienen privilegios en la empresa?

- ¿Privilegios?, ojalá fuera así. Curiosamente, cuando hemos reclamado algo para nuestros afiliados que ya disfrutaban los de otros sindicatos mucho más a la izquierda, no se nos atendió. La fama la lleva el SIT, pero si se pregunta a los trabajadores se puede comprobar que no hay privilegios. Nuestros afiliados lo que hacen es quedarse a trabajar en situaciones de urgencia, lo que no hacen otros.

- `Como resumiría la evolución de la empresa en sus 26 años?

- En la etapa inicial de la década de los 80 cuando era Citroën Hispania había muy poca tecnología. Se ganaba productividad en base a mucha mano de obra, que era mucho más barata que la francesa. La empresa compaginaba la mano de obra barata con poca inversión. Cuando Peugeot absorbió al Grupo, Citroën dejó de tener capacidad de decisión propia y se inició una etapa que llega hasta hoy y en la que las directrices llegan directamente desde París. La empresa comenzó a reflotar desde 1986 con importantes contrataciones de personal.

- ¿Y qué recuerdo tiene de los directores de la planta?

- Conocí a cuatro directores. Pienso que cabe destacar a Javier Riera, como hombre de gran capacidad de trabajo y visión de futuro. Tenía mucha credibilidad en el grupo; fue el que relanzó la fábrica e incluso el entorno de Vigo. Cuando se hablaba de deslocalizaciones, él consiguió que muchas empresas se asentaran en esta zona.