Algo está cambiando, aunque poco a poco, en el mundo de la empresa. El 21,4% de los cargos directivos de las sociedades pontevedresas están ocupados por mujeres. La provincia es la octava de España con mayor presencia femenina en altos cargos. Madrid encabeza el ranking con el 24,05% y se sitúa dos puntos por encima de la media nacional, que se está en el 20,3%, tras aumentar un 0,41% en lo que va de año.

El porcentaje de mujeres en puestos de dirección en tres de las cuatro provincias gallegas es superior al de la media del resto de España. A Coruña , con el 22,5% es la segunda de España en mujeres ejecutivas tras Madrid. En Lugo, ocupan el 21,39% de los altos cargos y sólo Ourense se queda por debajo con un 20,14%. El dato pone de manifiesto el aumento del número de mujeres emprendedoras en la comunidad, ya que la mayoría dirigen sus propias empresas, y su paulatina entrada en puestos de responsabilidad. Sin embargo, la igualdad todavía está lejos, sobre todo, si se trata de consejos de administración de empresas importantes o puestos de dirección en grandes compañías.

La realidad es que la mayoría de las empresas dirigidas por mujeres tienen diez o menos trabajadores, y que el sector tecnológico y de la construcción se les resiste especialmente, mientras que abundan en la sanidad, la educación y los servicios.

Por el contrario, según datos de la Fundación de Cajas de Ahorros (FUNCAS), en los consejos de administración de las mil principales empresas gallegas, sólo un 6% de los puestos están ocupados por mujeres. Su peso en la población activa no se traduce en los ámbitos de dirección de las empresas de mayor tamaño, a pesar de que las mujeres son el 28% de los altos cargos en negocios de menos de diez empleados y que alcanza casi la paridad, el 46%, cuando se trata de iniciativas empresariales sin personal.

"En la realidad, esos porcentajes son prácticamente invisibles, vergonzosos", afirma Ángeles de la Iglesia Daviña, fundadora de la Federación de Empresarias de Galicia, que añade que la Ley de Igualdad de marzo de 2007 se queda corta a la hora de promover la presencia de la mujer en lo más alto del mundo empresarial. "En la política se ha logrado la paridad porque ha servido como imagen. Esto abre una puerta al futuro, pero en la empresa queda mucho por hacer. Aquí hay que participar, hay que estar siempre y opinar, porque si no es imposible", dice.

De la misma opinión es la empresaria y consultora coruñesa Isabel Iglesias Oviedo. "Cuando la Ley de Igualdad llega al apartado de las empresas, sólo habla del empresario. Eso ya es una señal de como están las cosas", explica. Y destaca, en referencia a las estadísticas, que más del 80% de las empresas gallegas son micropymes. "Sí es cierto que se está notando un cambio, que más mujeres se atreven a mandar, a perder el miedo escénico y a equivocarse, pero queda todavía mucho por andar", dice.

En lo que va de año y en la totalidad del territorio, la representación femenina en puestos de dirección se ha incrementado un 0,41%. Según el BORME (Boletín Oficial de Registro Mercantil), de los cinco millones de altos cargos que existen en España, 1.015.756 están ocupados por mujeres, lo que equivale a una representación femenina del 20,3%.

La mujer representa el 44% de la población activa y la tasa de ocupación femenina crece a buen ritmo. No obstante, la presidencia, vicepresidencia y los asientos de consejeros en grandes empresas siguen siendo cosa de hombres. Incluso las direcciones de departamentos en sociedades de envergadura, sobre todo si éstos son de carácter técnico, se les resisten. La razón, una combinación de tradición y dificultad de conciliar la vida laboral con la familiar, sobre todo, en los casos en los que es necesaria la movilidad geográfica.

Más allá de la predisposición del entorno empresarial a favorecer la entrada de las mujeres en los puestos de mando, la concepción tradicional de la familia y el rol que durante años ha ejercido la mujer como principal responsable de los hijos merma su disponibilidad para seguir una carrera de proyección internacional. Las ejecutivas se ven obligadas a desarrollar aptitudes que rozan los malabares para poder conciliar una carrera profesional de éxito con una vida personal y familiar. O, en última instancia, se ven obligadas a renunciar a una de las dos.

"El que algo quiere, algo le cuesta y es necesario participar y programar tu vida en función de ello", explica Ángeles de la Iglesia que, ahora ya jubilada, recuerda que regentó tres negocios con 28 empleados a su cargo. "Tienes que sacrificar, priorizar y combinar. Me he privado de cosas, mis hijos han visto trabajar a su madre como una burra, pero me queda la satisfacción de lo que he logrado", asevera, antes de añadir que las condiciones de ahora son más idóneas, ya que "la mujer está mucho más preparada".

Su presencia en la alta dirección muestra un crecimiento lento, dependiendo, no obstante, del sector. Las actividades sanitarias, veterinarias y de servicios sociales son los sectores donde la mujer está más presente. Según un estudio de Axesor, empresa de información empresarial, de 74.109 altos puestos, 27.107 están ocupados por féminas, lo que se traduce en una presencia del 31,87%.

También predominan en el mundo educativo, donde son el 30,12% de los directivos. El sector servicios de personal doméstico (29,13%), junto al sector industrial (27,67%) son las otras dos actividades en los que ellas suelen ocupar puestos de mando.