Casi la mitad de las latas de sardinas en aceite de oliva que se comercializan en España no han pasado la prueba a las que han sido sometidas por técnicos de la Organización de Consumidores y Usuarios, ya que o no llevan el pez que deben o porque el aceite no es el que corresponde.

Así se desprende de un estudio que ha realizado esta organización de consumidores, que ha sometido a esta prueba a un total de 25 latas de sardinas en aceite de otras tantas marcas, y diez de ellas no han "pasado" el test.

Según esta fuente, la legislación española considera "sardina" propiamente dicha a la especie "sardina pilchardus", aunque existen cerca de veinte especies más que por su parecido con aquella se pueden comercializar como "conservas tipo sardina".

De las 25 latas analizadas, dieciocho eran efectivamente sardinas, pero cuatro incluyen peces de ésas otras especies y dos incluso mezclan "sardinas" auténticas con otros peces en la misma lata, lo que está prohibido por la ley, según ha denunciado la OCU.

Además, en una de las latas analizadas el pez incluido no era ni sardina ni alguna de las especies que se parecen a ésta.

Respecto al aceite, en diecinueve de las marcas que se han analizado éste es el correcto (aceite de oliva), pero en seis la proporción de aceite de semillas es superior al aceite de oliva.

El estudio de la OCU, que aparecerá publicado en la revista de esta organización correspondiente al mes de julio, analiza también el tamaño de los peces enlatados.

Los técnicos de esta organización han observado que la talla mínima que se debe respetar en las sardinas capturadas es de 11 centímetros, pero tras observar que los animales se conservan sin cabeza ni cola la ha situado en seis centímetros, por debajo de la cual "suspenden" a la marca.

Con esos parámetros, el estudio concluye que sólo una de las latas analizadas tiene una calificación muy mala, ya que cuatro de los siete peces que contiene miden cinco o menos centímetros, y dos marcas incluyen animales "demasiado desparejados" por su tamaño, cuando la ley establece que el tamaño de los animales sea similar.

Aunque las latas de sardinas pueden presentar muchos defectos (mala colocación, escamas sueltas, restos de vísceras o piezas rotas), la mayoría de las latas que se han analizado son "muy correctas", según el mismo estudio.