La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha recortado nueve décimas su previsión de crecimiento para la economía española en 2008 situándola en el 1,6%, y ha rebajado en 1,3 puntos la estimación para 2009, del 1,1%, según el informe de perspectivas económicas presentadas ayer en París.

Las anteriores estimaciones de la institución, realizadas el pasado mes de diciembre, auguraban un crecimiento del 2,5% para 2008 y del 2,4% para 2009.

Este drástico recorte de las previsiones obedece en gran parte a la ralentización del mercado inmobiliario y a la evidente desaceleración del crecimiento del PIB, que aumentó un 2,7% en el primer trimestre, una cifra bastante inferior al crecimiento de 2007, del 3,8%.

Las expectativas de la OCDE son más pesimistas que las del Gobierno de Zapatero, que ha cifrado en el 2,3% el crecimiento para 2008 y 2009, y son también inferiores a los pronósticos del FMI, que pronosticó un crecimiento del 1,8% para 2008 y del 1,7% para 2009.

La OCDE adelanta igualmente que la inflación seguirá elevada durante el ejercicio 2008 como consecuencia del encarecimiento de las materias primas y que se desacelerará en 2009 hasta alcanzar tasas interanuales cercanas al 3%, "todavía por encima de la media de la zona euro".

El vicepresidente segundo y ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, considera "excesivamente pesimistas" estas previsiones de crecimiento porque "infravaloran" el impacto de las medidas de estímulo económico puestas en marcha por el Ejecutivo, que supondrán 6.000 millones de euros que podrán incrementar el consumo privado entre el 0,7% este año y el 1% en 2009.

Mientras, las expectativas de la OCDE para la eurozona también se sitúan a la baja, recortando dos décimas su previsión de crecimiento, situándola en el 1,7%, y rebajando en 6 décimas la estimación para 2009, hasta el 1,4%. Las anteriores estimaciones de la institución, realizadas el pasado mes de diciembre, auguraban un crecimiento del 1,9% para 2008 y del 2% para 2009.

La OCDE sostiene que la eurozona ha resistido relativamente bien hasta el momento, con un crecimiento del 2,2% en el primer trimestre del año, gracias al efecto de una fortaleza sorprendente en Alemania y, en menor medida, en Francia.

No obstante, el consumo privado sigue siendo "tímido" debido a las presiones inflacionistas derivadas del encarecimiento de la energía y de los alimentos, una debilidad que el pasado año pareció compensarse con mayor inversión empresarial y exportaciones.

Con respecto a la economía estadounidense, que está en el "epicentro" de la crisis, la OCDE pronostica un crecimiento del 1,2% en 2008 y del 1,1% en 2009.

La institución prevé además un crecimiento negativo del -0,5% para el segundo trimestre de 2008, aunque se recuperará en los tres meses siguientes, con un crecimiento del 0,7%, lo que implica que no entrará en recesión técnica (dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo).

Estados Unidos se enfrenta, según el organismo, a fuertes turbulencias que frenan su actividad.