El consumo habitual de merluza congelada de Namibia produce efectos beneficiosos para la salud, como mejoras en el Indice de Masa Corporal (IMC), el colesterol y la vitamina E.

Es la principal conclusión de un estudio piloto realizado en Vigo con 52 personas sanas de entre 19 y 40 años por la Fundación Biomédica del Complexo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi) y promovido por el Instituto de Estudios Marinos para la Nutrición y el Bienestar (Inesma), una institución sin ánimo de lucro financiada por empresas del grupo Pescanova y gobernada por un consejo asesor integrado por organismos públicos de investigación, universidades, empresas y expertos en asuntos relacionados con el mar, la nutrición y el bienestar.

Los resultados del trabajo, según sus promotores, ponen de manifiesto por primera vez en España, los beneficios para la salud del consumo de pescado blanco y, en concreto, de la merluza congelada de Namibia.

Las conclusiones del estudio piloto fueron presentadas ayer en Vigo y, según explicó el gerente del Centro Biomédico en Red Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (Ciberobn) y coordinador del estudio, Enrique Caso, ya se ha puesto en marcha otro que afectará a un total de 555 pacientes con alto riesgo cardiovascular para saber, dentro de un año, si los resultados serán tan positivos como los registrados en personas sanas.

El nuevo estudio se desarrolla en diez hospitales españoles con pacientes de alto riesgo cardiovascular y síndrome metabólico.

La investigación pretende constatar que la ingesta frecuente de merluza congelada de Namibia mejora la tensión arterial, el perfil lipídico y el peso en pacientes de alto riesgo de enfermedades cardiovasculares. Además, los resultados permitirán establecer las bases científicas de las alegaciones para el etiquetado de la merluza, conforme a la nueva directiva de la Unión Europea.