L. Piñero / Agencias / VIGO / Madrid

El amarre de la totalidad de los barcos de la flota pesquera de Gran Sol producirá un efecto dominó sobre el empleo en el puerto pesquero de O Bebés, el mayor de Europa. A la inactividad de los 770 tripulantes de los gransoleros que amarrarán antes del día 15 de junio, se sumarán más de 11.300 trabajadores de la cadena productiva de la pesca fresca, desde los estibadores pasando por los comercializadores o transportistas.

El problema no ha hecho más que empezar. El número de pesqueros de Gran Sol que ayer se encontraban amarrados se elevaba a 18 y alcanzará los 36 el próximo viernes. El resto, hasta 70, irá entrando en puerto hasta el próximo viernes día 15, fecha tope fijada por las organizaciones de armadores.

Hasta el momento la paralización de esta flota está siendo secundada por el 100% de los barcos que llegan a puerto. Las descargas de esta flota suponen el 70% de la actividad de la lonja de altura del puerto vigués.

En el puerto de A Coruña la situación es similar. Su flota de Gran Sol, compuesta por 49 unidades, dejará en paro de un total de 3.675 trabajadores entre tripulantes y personal en tierra. Además, los arrastreros de litoral del puerto herculino también se encuentran amarrados afectando a 1.125 trabajadores.

Los otros grandes puertos gallegos siguen la misma senda. En Marín la flota de Gran Sol está amarrando después de descargar, lo mismo ocurre con los espaderos de A Guarda y los palangreros de Celeiro y Burela, en la costa lucense. Los armadores de Ribeira celebraron ayer una asamblea en la que dedicieron el paro de sus 150 barcos.

En la flota de bajura existen discrepancias. Las unidades que pertenecen a la Confederación Nacional de Cofradías siguen faenando, mientras que otras flotas permanecen amarradas.

"La diferencia de la posición de la flota de bajura con la de altura es muy fácil de entender. Las ayudas de mínimis, fijadas en 30.000 euros por embarcación, permiten a los barcos artesanales subvencionar su gasóleo durante unos dos años. Sin embargo, este dinero a un barco de Gran Sol sólo le llega para una marea y media", señala Hugo González de la Cooperativa de Armadores del Puerto de Vigo.

El presidente de la Asociación de Comercializadores de Pescado de Vigo, Francisco Mosquera Padín, señaló que la actividad en la lonja es total por el momento. La descarga de siete gransoleros y dos camiones de pescado de otros barcos que descargan en puertos del sur de Irlanda y Gran Bretaña hizo que la lonja viguesa registrase ayer una gran actividad, con un movimiento cercano a las 200 toneladas de pescado.

El paro de la flota de Gran Sol va a ser un importante mazazo para los comercializadores, que tendrán que conformarse a partir del día 15 con el pescado que traerán, por el momento, otras flotas, principalmente la artesanal.

Mosquera señala que la mitad de los exportadores de pescado se encuentra en "una situación económica muy difícil", ya que los márgenes que se obtienen hacen imposible la viabilidad del sector.

"Estamos trabajando con márgenes de 10 céntimos por kilo de pescado, cuyo precio alcanza los 18 ó 20 euros en el mercado minorista. Además tenemos que pagar el pescado al momento, mientras para cobrar a nuestros clientes lo tenemos que hacer a 30 días. De ahí para el norte, con plazos de 60 y 90 días", afirma Mosquera.

A esta situación, el sector comercializador se enfrenta, además de la paralización de la flota, con la huelga del sector del transporte anunciada a partir del próximo día 6 y con el paro de los propios trabajadores del sector comercializador a partir del día 9, que reivindican una subida salarial del 10%.

"O Berbés emplea directamente a más trabajadores de los que mueve Citroën y la facturación es mucho mayor, pero nadie nos hace caso", se lamenta Mosquera.