La ralentización del consumo ha forzado a los grupos de distribución y a los pequeños comercios con presencia en Galicia a cambiar sus estrategias de venta. Grandes cadenas como Cortefiel, Decathlon, Coronel Tapioca y El Corte Inglés, entre otras, pero también algunos establecimientos minoristas, han puesto en marcha una rebaja de sus precios -al menos en los productos básicos- para alentar las compras. Según datos de los comerciantes, en los últimos cinco meses las ventas cayeron un 32% en Galicia, condenando al cierre a centenares de comercios. Sólo en la provincia de Pontevedra cerraron sus puertas 162 establecimientos desde principios de año, mientras que sólo abrieron 25.

Estos descuentos, en algunos casos del 30% respecto al precio original de los productos, están vinculados con la actual coyuntura económica, marcada por la subida de la cesta de la compra, el petróleo y las hipotecas, según explica José María Seijas, presidente de la Federación Gallega de Comercio. El sector constata una caída continuada de las ventas desde el último trimestre del año pasado, y que afecta en mayor medida al textil y a los electrodomésticos. "Lo peligroso, y lo que me temo, es que esta situación dure un par de años. Esperemos que no sea así", apunta Seijas.

La caída del consumo atenaza sobre todo a los pequeños establecimientos, que no tienen el respaldo financiero de los grandes grupos de distribución. Pero también estos sufren las consecuencias de la desaceleración. Esta misma semana Cortefiel anunciaba el lanzamiento de una promoción especial con descuentos de hasta el 30% en algunos productos en todas sus marcas (Cortefiel, Springfield, Women Secret, Pedro del Hierro, Douglas y Milano). Y unos días antes lo había hecho la cadena de deportes Decathlon (incluye Quechua y Kalenji), en una gama de 150 productos considerados básicos por su mayor rotación y consumo habitual.

"Es el peor momento para el comercio en treinta años", sentencia el presidente de la Federación de Comercio de Pontevedra, Antonio Reguera. Éste revela que desde enero cerraron sus puertas en la provincia 162 pequeños comercios por la ralentización del consumo y la subida del precio de los alquileres, mientras que sólo se abrieron 25 nuevos establecimientos. "Creemos que van a cerrar muchos más, porque ya no aguantan", lamenta.

Los descuentos y ofertas especiales se perfilan como una de las soluciones para alentar el consumo, pero los pequeños comercios creen que las grandes cadenas de distribución podrían estar incurriendo en dumping, es decir, que venden por debajo del precio de coste. En este sentido, Xosé Bangueses, presidente del Foro Galego do Comercio, sostiene que estos descuentos son realmente "rebajas encubiertas", y por tanto, ilegales. "Una de dos: o han estado cobrando unos márgenes bestiales y engañando a los consumidores, o pierden dinero", explica. Sea como fuere, este representante de los comerciantes pide a la Administración que tome cartas en el asunto.