A por el motor económico de Vigo y la provincia. La huelga convocada por los transportistas de Pontevedra generó ayer importantes perjuicios en los dos grandes actores de la economía gallega: la factoría viguesa de PSA Peugeot Citroën y el Puerto vigués. El consorcio automovilístico dejó de fabricar cerca de 200 coches entre los turnos de noche y mañana de ayer por falta de suministro de piezas procedentes de la Zona Franca en Bouzas, mientras que en el caso del Puerto, los piquetes impidieron la salida de pescado durante toda la madrugada y paralizaron la actividad del Puesto de Inspección Fronteriza (PIF) en la terminal de contenedores de Guixar. En el resto de la provincia, también se registraron incidentes como pinchazos de ruedas y roturas de lunas en los núcleos industriales de O Campiño, Caldas, Cambados y Porriño, entre otros.

Grupos de piquetes bloquearon desde la medianoche de ayer los accesos a la Zona Franca en Bouzas, donde la factoría de PSA Peugeot Citroën tiene su almacén de ruedas, importa componentes procedentes de Francia y y exporta el 80% de su producción vía marítima. Los huelguistas impidieron el paso de varios convoyes durante la madrugada, afectando al suministro de piezas y paralizando la producción de la factoría durante un periodo intermitente de tres horas, según los sindicatos, lo que hizo necesaria la presencia de agentes de la Policía Nacional para custodiar a los camiones. La actuación de las fuerzas del orden provocó varias situaciones de tensión, en las que se lanzaron piedras contra los conductores y la mercancía que transportaban, rompiendo los cristales de varios automóviles.

Lonjas

Simultáneamente, otros piquetes bloquearon la salida de pescado de la lonja de Grandes Peixes e Baixura de O Berbés, bloqueo que duró hasta media mañana, según informaron fuentes portuarias. Hasta ese momento, los huelguistas sólo permitieron el paso de furgonetas al recinto, donde se registraron pinchazos de ruegas en algunos vehículos. También en el Puerto, la acción de los huelguistas paralizó la actividad del Puesto de Inspección Fronteriza de Guixar, por lo que afectó a la salida de contenedores de esta terminal, que no pudo recuperar la normalidad en todo el día. La acción de los transportistas se dejó notar igualmente en Isaac Peral, provocando retenciones de tráfico.

El primero de los tres días de huelga convocada por los tres sindicatos (UGT, CC OO y CIG) afectó de igual manera a los núcleos industriales del resto de la provincia de Pontevedra. Así, en O Campiño, grupos de piquetes impidieron el paso de los camiones que esta industria proveedora del automóvil enviaba con destino a Citroën y a Antolín. También se registraron incidentes en Cambados y Caldas de Reis, así como en Porriño y en el Parque Tecnológico y Logístico de Valadares, la mayoría pinchazos de ruedas de aquellos transportes que no se sumaron a la huelga.

La dirección de Citroën convocó ayer a los representantes de los trabajadores para explicarles la repercusión de la huelga en la producción y las medidas a tomar en caso de que el paro continúe acechando a la factoría viguesa. Por el momento no se tomó ninguna decisión de emergencia para garantizar el suministro de piezas, y por la tarde se trabajó con normalidad. En otras ocasiones, PSA recurría a transportes especiales para garantizar su actividad. La factoría tampoco quiso cuantificar el número de vehículos que dejaron de fabricarse por la acción de los piquetes, aunque fuentes sindicales apuntaron que cerca de 200 coches.

Al igual que Citroën, otras empresas del sector de la automoción también se vieron afectadas por el paro de los transportistas, como Faurecia Asientos, en Valadares.

En el caso de la planta de PSA, la huelga coincide con la fase de lanzamiento de sus dos nuevos modelos (Berlingo y Partner), que saldrán al mercado el próximo mes de mayo y que obligan a la factoría a aumentar la cadencia de producción diaria hasta las 1.018 unidades diarias. Ambas furgonetas fueron presentados en Vigo en enero por el propio presidente del grupo, Christian Streiff.