Cristina Amigo / A CORUÑA

En tiempos de crisis se agudiza el ingenio. Aunque la mayoría de los expertos apuntan a que Galicia está mejor preparada que otras comunidades para sortear los efectos de la desaceleración económica -en concreto, el parón de la construcción-, la crisis está siendo mayor de lo esperado. En los dos primeros meses del año, 368 empresas gallegas echaban el cierre a sus negocios, un 73% más que en el mismo periodo de 2007.

Ante esta situación, son muchos los empresarios que se han puesto manos a la obra para idear estrategias que les permitan afrontar los efectos de la crisis, manteniendo unas expectativas de crecimiento constantes.Contener los gastos, invertir en tecnologías, expandirse a nuevos mercados y apostar por ofertas atractivas que llamen la atención de la clientela son algunas de las opciones. Pero sobre todo, los empresarios apuntan a que éste es el momento de echarle imaginación y descubrir quien es un buen gestor que logre, en tiempos de crisis, ganar músculo, mejorar la competitividad y perder los menos activos posibles (tanto patrimoniales como de capital humano).

Con la expansión del mercado de la vivienda en EE UU, las entidades especializadas en hipotecas de alto riesgo (subprime) multiplicaron su negocio y asumieron más riesgo. Las pérdidas y las quiebras comenzaron a aparecer en el segundo semestre de 2007 originando una crisis de confianza que se extendió como una epidemia al resto de países y que acabó revelándose como una crisis de liquidez real que afectó a más de un banco europeo, aunque no al sistema financiero español.

Sus efectos comenzaron a percibirse en el país con la llegada del nuevo año. La tasa de crecimiento para este año se rebajaba del 3% inicial al último 1,8% del FMI, mientras que en Galicia el PIB en 2008 está previsto que crezca un 2,8%, aunque no se descartan revisiones a la baja por parte del Gobierno.

El parón de la construcción, previsible tras una década de

boom inmobiliario, se ha agravado con la crisis de liquidez financiera y la subida de los tipos de interés. Las entidades financieras, aunque la tasa de morosidad no es alarmante, prestan dinero con más precaución. El índice de confianza del consumidor descendió en marzo 3,7 puntos con respecto al mes anterior. Otro índice, el de precios al consumo (IPC), aumentó un 4,5% en tasa interanual. El número de desempleados alcanzó los 2.300.975 personas, 241.524 parados más que en 2007.

"La crisis tiene dos componentes, una financiera y otra de edificación", resume el presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia, Antonio Fontenla, que considera que tanto el Gobierno como las empresas gallegas, en su mayoría pymes, deben revisar sus estrategias y tomar medidas para evitar males mayores.

"En el tema financiero hay que inyectar dinero en el sistema bancario para que las entidades tengan más liquidez y sea más fácil el acceso al crédito de las empresas", apunta Fontenla como primera medida.

En cuanto al sector inmobiliario, que ha liderado durante años el crecimiento del PIB, se "deben tomar medidas sustitutorias a la construcción residencial: rehabilitación de cascos históricos, construcción de viviendas de protección oficial, grandes inversiones en obra pública...". Todo ello, con el objetivo de proteger a las empresas promotoras y profesiones relacionados con el sector y evitar "el incremento del paro".

Pertenezcan a uno u otro sector, el presidente de la CEG considera que los empresarios gallegos lo primero que deben tener en cuenta para afrontar la crisis es la demanda existente: "adecuar tu empresa a la demanda que tienes, porque si hay un exceso de oferta se enrarece el mercado", explica.

Y un sector termómetro de la demanda es el automovilístico. Los concesionarios de toda España ya han notado descensos importantes en las ventas.

Qué hacer para hacer frente a la situación

- Primar la patrimonialización. Ganar activos mediante la compra de edificios o naves industriales, para explotarlos con su alquiler o venta. Esta fórmula es utilizada especialmente en la industria inmobiliaria.

- Especializarse en sectores menos sensibles. Pensada especialmente para la industria inmobiliaria, la que sufre los mayores aprietos, plantea reorientar su actividad a otros nichos como la VPO o la restauración.

- Invertir en bienes de equipo.I A pesar de ser tiempos de falta de liquidez y dificultades para acceder a la financiación, la inversión en herramientas que potencien la competitividad de la empresa resulta una de las medidas más recomendadas.

- Contratar a tiempo parcial. Se trata de una forma de evitar la pérdida de capital humano, que sigue siendo valioso para la empresa, ante la reducción de la demanda. Se recomienda ajustar los horarios del personal, en lugar de proceder a su despido.

- Recortar gastos corrientes. Ante el riesgo de una reducción de los ingresos, algunas empresas ya han tomado medidas par ajustar sus costes fijos, reduciendo, por ejemplo, el presupuesto de limpieza de la oficina o la tintorería industrial.

- Diversificar la inversión. La alta rentabilidad de la industria inmobiliaria animó a una concentración de las inversiones, pero su desaceleración encamina a las empresas a dispersar su capital hacia otros negocios rentables, como son el sociosanitario o el tecnológico.

- Eliminar intermediarios. Para evitar la pérdida de margen de beneficio, algunas empresas han optado por comercializar directamente sus productos. Ejemplo de ello son las constructoras que generan suelo, promueven y edifican sin intermediarios.

- Buscar nichos de actividad en el extranjero. La opción se plasma tanto en la apertura de centros productivos en países de menores costes o desarrollo de proyectos para el cliente local de esos países, como están haciendo un buen número de constructoras.

- Mejorar la productividad. No es cuestión de trabajar más, sino de trabajar mejor. Ahorrar esfuerzos se traduce en ahorrar costes y un buen número de firmas prefieren orientarse a la mejora de la eficiencia en los procesos de trabajo.