España registró en el periodo comprendido entre 2001 y 2006 el sexto peor registro en términos de evolución de su productividad entre los 30 países miembros de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), aunque el crecimiento de la economía española en este mismo periodo logró situarse ligeramente por encima de la media de la organización.

De acuerdo con los datos recogidos en el informe "Panorama estadístico", sólo Holanda, Nueva Zelanda, Portugal, México e Italia, registraron tasas de productividad más bajas que España entre 2001 y 2006, situándose por debajo de la media del 1% de la OCDE, mientras que, en la otra cara de la moneda, con un crecimiento medio del Producto Interior Bruto (PIB) por hora trabajada de más del 4% anual, están la República checa, Hungría, Corea y Eslovaquia.

Entre los factores que resultaron determinantes en el crecimiento del PIB español durante el periodo de análisis, la OCDE destaca la importante contribución del factor de utilización del trabajo, aspecto en el que España sólo aparece por detrás de México, Nueva Zelanda y Grecia.