El sector naval gallego vive uno de los mejores momentos de su historia, debido al aumento de los contratos por el colapso de los astilleros asiáticos y europeos, pero esta racha no durará para siempre. Mantener la competitividad de esta industria, amenazada por una competencia de bajo coste y la ralentización del crecimiento económico, dependerá de su capacidad para especializarse -construir buques cada vez más sofisticados-, fabricar bienes de equipo, e internacionalizar su producción, es decir, comprar astilleros en aquellos países en los que sea más barato construir, como por ejemplo, China o India. Éstas son principales las conclusiones de un estudio realizado por el Instituto de Desarrollo Caixanova sobre la Cadena de Construcción y Reparación Naval, en el que participaron trece compañías del sector.

La industria naval batió en los últimos dos años récords de contratos y puestos de empleo, pero su aportación al Valor Añadido Bruto (VAB) gallego continúa siendo bajo en relación a las ventas y a la generación de puestos de empleo: en torno al 1,81% del VAB de Galicia (con 736,9 millones de euros sin contar con Navantia). El director del estudio, Jorge González Gurriarán, explicó que esa baja representatividad del naval en el conjunto de la riqueza gallega se debe a que el sector sigue importando la mayor parte de los bienes de equipo -maquinaria, equipos, etc.- que incorporan los barcos, y que en algunos casos superan el 80% de su valor. "El modelo gallego sigue siendo muy parecido al de hace muchos años", explicó.

Este experto insistió en la necesidad de que los bienes de equipo se fabriquen en Galicia y especializar cada vez más la producción de la industria naval para competir con aquellos productores con menores costes, algo que ya se viene haciendo en Vigo, donde los astilleros se han centrado en la construcción de ferries, quimiqueros, buques off-shore y pesqueros de última generación. Gurriarán también destacó la posibilidad de adquirir gradas en países de bajo coste, con mano de obra local pero con cuadros directivos gallegos, y diversificar las producciones hacia otros sectores como la aeronáutica, donde ya existen algunos precedentes.

Debilidades

El estudio hace un análisis del sector actual en el que destacan, como principales fortalezas, la disponibilidad de la mano de obra así como su cualificación. De hecho, considera el naval como un "vivero" de profesionales y empresas. En cuanto a las debilidades, Gurriarán afirmó que tiene un segmento "corto" en la cadena de valor, por lo que recordó la necesidad de "ampliarla", al tiempo que también abogó por "tener el diseño propio completo" en Galicia y, por tanto, que el naval de la comunidad se dote de ingeniería. Además, avisó de que actualmente el sector adolece más de amenazas que de oportunidades, puesto que se trata de un ámbito económico "en desaceleración donde la balanza se inclinará más hacia Asia".