La continuidad es un factor muy importante para que una plantilla alcance el éxito. Técnicos, futbolistas y exfutbolistas coinciden al señalar que los equipos que no cambian demasiados jugadores de una temporada a otra son más compactos y compiten mejor en sus respectivas ligas. No es extraño pues, salvo en casos excepcionales en los que el ambiente en el vestuario no es bueno, los deportistas se entenderán mejor cuantos más partidos juntos disputen y más confianza tengan, algo que se gana con los meses, e incluso con los años.

El Pontevedra CF siempre ha intentado llevar a cabo esta filosofía de continuidad entre una campaña y otra, pero no siempre lo ha conseguido. Sin ir más lejos, en las cinco últimas temporadas siempre ha incorporado a más de una decena de futbolistas a sus filas. De hecho, desde el ascenso a Segunda B ha ido fichando cada vez a más jugadores, batiendo el récord el pasado 2017 con 18 piezas nuevas en el equipo (entre el mercado de verano y el de invierno).

Esa falta de conexión por desconocimiento unos de otros fue, posiblemente, uno de los factores que provocó que el inicio de la liga regular no fuese el mejor y que el Pontevedra se metiese en una dinámica de resultados negativa de la que le costó mucho salir. De hecho, los mejores momentos del equipo fueron en las últimas jornadas, cuando los fichajes estaban mucho más adaptados que en agosto.

Haz click para ampliar el gráfico

De las últimas cinco temporadas, en la que menos fichajes se hizo fue la 2015-2016, que coincidió con el regreso del equipo a Segunda B. Curiosamente, el comienzo de competición fue espectacular, con una primera vuelta en la que el objetivo de la permanencia se quedó corto y se empezó a soñar con jugar el play off. En verano se incorporaron ocho futbolistas, con lo que se mantuvo prácticamente todo el bloque del curso anterior, que había logrado el ascenso de Tecera. Los fichajes de invierno, Company, Bello y Hugo, ya no se integraron tan bien en la plantilla y no aportaron tanto como los que llevaban más tiempo en el vestuario.

Algo similar sucedió en la temporada siguiente con la llegada de Eneko Eizmendi en enero de 2017. El extremo comenzó con poco ritmo de competición y, posiblemente, cortó la progresión de alguno de sus compañeros que había jugado desde el comienzo del curso. Sin embargo, en el play off alcanzó un buen nivel y fue uno de los más destacados. Eso significa que necesitó entre tres y cuatro meses para adaptarse a la dinámica del equipo.

Mantener el bloque

Muchos cambios de una temporada a otra son casi una lotería. Igual que puede salir bien, puede salir mal, y en el fútbol no valen las matemáticas, por lo que muchas veces lo más acertado es no arriesgar demasiado.

En ello está el Pontevedra CF, cuya intención es la de renovar a entre ocho y diez futbolistas de la actual plantilla, aunque en muchos casos todo dependerá de que la oferta económica y el proyecto deportivo los convenzan, pues algunos de los hombres que acaban contrato el próximo 31 de mayo cuentan con varias propuestas para abandonar Pasarón la próxima temporada.

Es el caso de Edu Sousa, que entre las ofertas que tiene su representante sobre la mesa hay algunas tan interesantes como la de la Ponferradina. Sin embargo, el capitán del Pontevedra demuestra su lealtad y fidelidad al club granate cada temporada, pues antes de negociar con cualquier otro equipo va a esperar a escuchar lo que le tenga que decir la entidad que preside Lupe Murillo. El portero, en declaraciones a FARO días después de terminar la liga, aseguró que quería continuar defendiendo la camiseta granate: "Si quieren, me voy a quedar, pero tienen que querer", dijo claramente.

Edu no es el único con ofertas en la plantilla, pues David Añón está pendiente de la propuesta granate antes de estudiar la posibilidad de jugar en el extranjero, mientas que a Iván Martín y a Prosi han llegado a vincularlos ya con otros clubes. Por ahora, solo tienen contrato para la próxima temporada tres futbolistas: Nacho López, Darío Flores y Jesús Berrocal.