Lo que fue un lastre durante toda la temporada se convirtió en bálsamo en el último tramo de liga. En las últimas temporadas, el Pontevedra había pecado de sufrir una inoperancia casi crónica cada vez que salía lejos de Pasarón. Cada vez que el equipo lerezano jugaba fuera, lo normal era que no ganase.

Y así fue también durante buena parte de este curso. Con Luisito primero y con Luismi, después. Pero el partido de Navalcarnero lo cambió todo. En su visita a uno de los "gallitos" de la categoría, el Pontevedra fue capaz de vencer con solvencia. Luego repitió victoria ante el Valladolid B. Y finalmente, contra el Atlético B. 9 puntos de los 12 últimos a domicilio (cayó en Segovia) que valen una permancnai.