Derrota del Condes de Albarei Teucro en el último partido en casa ante un Bidasoa Irún que fue superior en la segunda mitad. Pero derrota que importa mucho menos que el adiós de Quique Domínguez, que se despidió de la que se ha sido su afición durante los últimos cuatro años y media vida más.

El saludo final y homenaje al técnico pontevedrés marcó un partido con final emotivo y reconocimiento de la hinchada a sus jugadores por su buen hacer. Los aplausos dejaron en segundo plano el 27-31 con el que el bloque teucrista cerró el telón en el Municipal.

Un gusto descafeinado envolvía el choque. El Teucro quería brindar a los suyos una victoria final, pero su cierta modorra inicial se reflejó en el marcador. Odriozola hizo daño desde el extremo al equipo de casa, que comenzó mandando 1-4 con póker del extremo derecho. Pronto se pasó al 7-5, con tantos del cubano y de un Moledo atinado en el primer acto.

El equipo azul ya lucía porque había ajustado su defensa. Bidasoa ya sufría para anotar y el choque se igualaba, con el Teucro mandando sin apenas margen. Poco a poco, el cuadro vasco fue deshilachando esa nueva agresividad teucrista y Renaud-David volvía a poner a los suyos por delante a falta de dos minutos (10-11). Pero de nuevo Balázquez apareció y se empeñó en colocar el 12-11, que Iglesias transformó en 13-12 sobre la bocina, para mandar a los locales por delante al descanso.

Pero esta buena imagen teucrista cambió en el segundo acto. El conjunto de Pontevedra perdió frescura en ataque y no supo cómo defender las envestidas de Bidasoa. La reanudación comenzó con ritmo y alternativas. El Teucro estaba cómodo, pero a partir de los 10 minutos comenzó a acumular errores.

Odriozola ponía a los suyos 17-18 arriba y el Teucro no aprovechaba su superioridad. Borja colocó el 20-19 para poner al Teucro mandando. Pero fue la última vez. Cuétara pidió tiempo muerto y, a falta de 15 minutos, Bidasoa le logró dar la vuelta e ir adquiriendo dos, tres y hasta cuatro goles de ventaja para jugar con las prisas locales y negarle al Teucro el triunfo.