Todos hicieron los deberes menos el Pontevedra. El equipo granate desaprovechó los "favores" que le hicieron el Real Madrid Castilla y el Fuenlabrada ganando al Racing de Ferrol y al Coruxo, respectivamente, al no pasar del empate sin goles contra el Unión Adarve. Los hombres de Luismi se lo jugarán todo en la última jornada de liga, el próximo domingo, en casa del Atlético de Madrid B.

La buena noticia de la jornada es que el Pontevedra sigue dependiendo de sí mismo para salvar la categoría; la mala fue la primera parte que firmaron ayer los granates. En los primeros 45 minutos faltó intensidad en las dos escuadras, pero solo una se lo podía permitir porque no se jugaba nada.

El choque acabó con polémica, con los granates reclamando un dudoso penalti sobre Iván Martín en el último segundo de partido. A Parras, portero del Adarve, se le escapó un disparo lejano de Mouriño. Iván Martín recogió el rechace y, en lugar de rematar, regateó al guardameta; cuando iba a meter la puntera para hacer el gol a puerta vacía, cayó por el contacto con el propio Parras y un defensor. El árbitro consideró que el contacto no había sido suficientemente fuerte como para derribar al delantero del Pontevedra, que estuvo un tanto lento en la finalización y que seguro que salió del campo lamentándose por no haber tirado antes para conseguir el que sería el gol más importante de la presente temporada.

Pocas ocasiones y muy aisladas fue las que generó el equipo de Luismi en un primer tiempo en el que si hubiera apretado más habría arrollado al conjunto madrileño, que parecía que venía a Pasarón a pasar un mero trámite.

Las aproximaciones granates fueron sobre todo por banda derecha, con un David Añón muy peleón pero poco preciso en los centros, casi todos atajados sin problema por Parras. En el minuto 9 avisó el Adarve, con un centro muy peligroso de Mateo desde la derecha que rebotó en Adrián León y se fue a córner.

El Pontevedra lo intentaba con disparos lejanos y pudo encontrar petróleo en una jugada que acabó en gol anulado por claro fuera de juego de Éder. El delantero rozó sin querer un potente disparo de Jimmy desde el pico del área que el meta visitante es muy posible que no lograra parar. Pero el tanto no subió al marcador.

Superado el ecuador llegó la ocasión más clara de los madrileños. Tras una jugada de combinación, la defensa granate se confió en exceso en la presión y dejó espacio y tiempo para que Nicho sacara un disparo cruzado buscando la escuadra que se le fue rozando la cruceta.

Respondió el cuadro granate con una gran volea de Mouriño desde la frontal, tras un rechace en un córner, que se estrelló en el larguero. Fue de lo poco que se vio en un primer tiempo gris por parte de ambos conjuntos.

En la reanudación el Adarve parecía otro. Salió muy enchufado, presionando con mucha intensidad y combinando con velocidad en ataque. El Pontevedra sufría las acometidas del rival, al que le faltó precisión en los últimos metros.

El conjunto madrileño dominaba el esférico, pero no conseguía traducir ese dominio en ocasiones de gol, y eso lo aprovechó el Pontevedra para empezar a crecer, poco a poco, en el partido. Primero se desprendió de la presión con una jugada pausada que finalizó con un disparo desde la frontal de Kevin que se fue muy alto. Y de nuevo el poste impidió que se adelantasen los hombres de Luismi, esta vez con un chut de Jorge Hernández desde la frontal.

Después de una larga jugada del conjunto madrileño, llegaron los mejores minutos del Pontevedra, que a partir del 68 no paró de rondar el área rival. Obligó a emplearse a fondo a Parras en un gran disparo cruzado de David Añón. El propio Añón, en la siguiente jugada, le puso un centro a Mouriño que éste cabeceó muy forzado en el pico del área pequeña, sin problema para el meta visitante.

El Pontevedra estaba volcado al ataque, consciente de lo que estaba en juego, y a falta de diez minutos para el final Álex Fernández finalizaba una jugada con un potente disparo que Parras envió a córner con una gran estirada. Después de ese saque de esquina, Marcos botó un centro desde la derecha que controló Goldar en el área y su disparo ajustado al palo lo volvió a desviar el portero, que todavía volvería a aparecer una vez más despejando un buen remate de cabeza de Mouriño en el minuto 89.

Con el posible penalti no pitado acabó un partido del que se esperaba mucho más.