Un zurdazo a la escuadra de Álex González en el minuto 91 dio la victoria al Pontevedra en la ida de la final de la Copa Federación que le midió al Ontinyent. Un magnífico resultado de cara al encuentro de vuelta tras un duelo en el que los granates fueron superiores y en el que terminaron sufriendo. El 0-1, sin embargo, hizo justicia a lo vivido en El Clariano.

La final comenzó con ambos contendientes bien situados sobre el tapete verde, tratando de cometer el mínimo de errores y esperando el del contrario para acometer algún ataque. La idea de los granates en tierras valencianas no era otra que tratar de marcar, al menos un gol, que le valiese para encarrilar un título que ya consiguieron en 2007.

No fue una primera parte de toma y daca, sino más bien de pausa y tranquilidad. El Pontevedra se llevó un susto nada más echar a rodar el esférico. Y es que apenas habían transcurrido dos minutos de partido cuando Sascha, con un centro al área, puso en aprietos la zaga pontevedresa, que finalmente pudo desviar el esférico para evitar males mayores. Eran los locales quienes llevaban el peso del choque y quienes en los primeros compases demostraban sentirse más cómodos. A los granates les costaba combinar, pero poco a poco fueron ganando terreno a su rival e hilvanando las primeras jugadas de peligro sobre el marco de Satoca.

Pibe, seguramente el hombre más incisivo del frente de ataque visitante, protagonizó una gran jugada individual zafándose de hasta tres adversarios y colocando el cuero a Iván Martín, que con la izquierda y presionado por la zaga blanquinegra, no consiguió conectar bien el remate. La ocasión llegó superado el cuarto de hora y fue entonces cuando el encuentro entró en una fase de ligera superioridad granate. De menos a más, el Pontevedra gozó de las mejores opciones en el tramo final del primer acto. Jesús, Prosi y Berrocal lideraban las circulaciones de balón que dejaban sin respuesta a los valencianos, que pudieron marcharse al descanso con desventaja. Sin embargo, su portero, Satoca lo evitó primero con un remate de Prosi que despejó y que Iván Martín, a bocajarro, volvió a mandar al cuerpo del cancerbero.

Tras el paso por vestuarios la decoración no varió mucho y el Pontevedra siguió a lo suyo, haciendo mucho daño al Ontinyent con buenas transiciones que provocaban el desespero local. No obstante, el dominio no lo conseguía traducir en goles. Para poner fin a la sequía, ambos técnicos movieron los banquillos: Kevin entró por Jorge para los visitantes y Soler hizo lo propio por Bauti para los blanquinegros.

El tramo final se convirtió en un intercambio de golpes trepidante. El balón volaba de una área a otra con cierta facilidad. Y así, se sucedieron las ocasiones. El Ontinyent apretó en las postrimerías, metiendo en su área al Pontevedra, que empezó a ver con buenos ojos el empate. Supo sufrir entonces el equipo granate para llegar con vida al tiempo de descuento, que fue de tres minutos. En el primero de ellos, Álex González, que había entrado en el 84', logró con el exterior de su pierna izquierda situar el cuero lejos del alcance de Satoca tras una gran contra. No terminó ahí la primera de las dos batallas, ya que hubo tiempo de ver como Tito mandaba el posible 1-1 a la madera.