La Copa Galicia es una competición que gusta mucho al Poio Pescamar y seguro que a partir de esta última edición también será uno de los torneos preferidos de las hermanas Lores, pues ambas fueron protagonistas en los dos partidos que se disputaron el pasado fin de semana en Marín y que dieron el título al cuadro rojillo.

En la semifinal, el Poio ganó con autoridad al Cidade das Burgas (2-7), pero la noticia fue que Jessi, después de muchos meses recuperándose de su lesión en el ligamento cruzado de la rodilla, volvió a aprovechar los minutos con los que está contando este año marcando gol; un tanto que es todavía más especial al haberlo logrado a pase de su hermana Jenni.

"Fue genial", reconoce la jugadora, que comenta que "siempre me pongo muy nerviosa en los partidos y justo al poco rato de salir, marcar, y que fuese a pase de ella lo hizo muy especial".

Su hermana Jenni fue determinante en la semifinal con dos goles, pero lo fue aún más en la final, logrando el tanto que daba la victoria a las suyas. "Siempre decimos que los goles no son importantes para quién los mete, pero sí por el momento y por cómo fue", señala.

Ese gol, que supuso el 4-5 contra el Pescados Burela sobre la bocina, llegó gracias a una jugada ensayada a saque de córner. "Se llama "Mesut" por el perro de una de las compañeras", apunta Jenni, que explica en qué consiste: "Alejandra cogió el balón decidida, lo colocó alto en el segundo palo, Iria lo golpeó de cabeza para que le quede a la jugadora que está en el área y rematé completamente sola porque la portera se quedó bajo palos, solo tuve que empujarlo".

Sobre el partido, Jenni señaló que "lo teníamos controlado y nos lo dejamos igualar, íbamos con un 4-1 de ventaja y ganando con bastante solvencia, y justo nos empataron cuando faltaban 20 segundos".

Aunque las aportaciones individuales son muy importantes en el Poio Pescamar, lo que marca la diferencia es el colectivo, y en eso inciden las hermanas Lores. Además, señalan que los dos últimos fichajes se están notando positivamente. "Nos dieron aire, mucho oxígeno, porque estábamos bastante justas, éramos pocas jugadoras en plantilla", explica Jenni.