El derbi comarcal aplazado en diciembre por motivo del temporal "Ana" entre Pontevedra B y Portonovo se resolvió ayer sin goles en A Xunqueira. Los de José Vecoña fueron quienes más empeño pusieron en llevarse a casa los tres puntos y fallaron incluso un penalti.

El dominio fue arlequinado en la primera parte. Tras unos primeros minutos en los que era el Pontevedra B quien jugaba más en campo rival, el Portonovo fue de menos a más sin encontrar claridad en tres cuartos de campo para generar peligro.

Los guardametas de ambos equipos apenas tuvieron que aplicarse a fondo en los primeros 45 minutos. Cubas tuvo la más clara de los locales nada más comenzar el partido con un disparo seco desde la frontal que recibió una gran respuesta por parte de Lluis. Para el Portonovo lo más destacado fue un rebote dentro del área en una jugada de ataque protagonizada por Rial en la que el lateral granate Juan tuvo que sacar la pelota bajo palos. Melchor la tuvo también al filo del descanso en un disparo desde la frontal que se marchó alto.

La segunda parte empezó de cara para el equipo que entrena José Vecoña. Penalti a favor de los visitantes en un claro derribo del meta local, Sergio, dentro del área sobre Monchito. Suso Bea tomó la responsabilidad de lanzar la pena máxima, pero la envió directamente fuera.

El Portonovo empezó entonces un acoso y derribo sobra la portería granate en el que la frustración de los de Sanxenxo iba creciendo a medida que se sucedían los errores en ataque. Miguelón y Rial dispusieron de sendas oportunidades claras para poner el 0-1 y el técnico de los arlequinados incluso cambió el sistema para sumar más madera en ataque.

El partido se puso todavía más cuesta arriba para el filial del Pontevedra cuando, pasada la hora de juego, Fernando Lezcano vio la segunda amarilla por dejarle los tacos en el gemelo al rival en una jugada absurda y sin trascendencia ninguna en el juego. El delantero completó así una tarde para olvidar en la que ya había sido amonestado en la primera mitad por protestar y apenas le llegaron balones en ataque.

A partir de la expulsión local el partido se endureció. El banquillo del Portonovo, muy molesto con el trabajo del colegiado durante todo el partido, continuó protestando las apreciaciones arbitrales mientras en el campo ese clima beligerante se contagiaba al equipo, que acabó con Melchor también expulsado por protestar una falta local.

El buen trabajo lerezano en defensa, achicando balones y conformándose con el empate, consiguió enfriar el partido y que el Portonovo redujese el acoso sobre su portería. Finalmente, empate que deja al Pontevedra B conforme y a los de Baltar desesperados ante una oportunidad perdida de acariciar la zona de ascenso.