Ni el mejor de los guiones de Hollywood puede presentar tantos giros como el choque que ayer protagonizaron el Pontevedra B y el Juventud Cambados. El equipo visitante comenzó el choque como héroe y en media hora le cedió su papel al local para pasar a ser el villano. Denostado, tiró de garra y a punto estuvo de sacar de Meis un punto imposible y cambiar de nuevo el rumbo de un choque incierto lleno de emoción, goles y polémica.

Todo parecía visto para sentencia a los 20 minutos. Pero el desenlace tuvo poco que ver con el planteamiento. El Juventud comenzó el choque "modo ascenso" y en apenas 20 minutos aprovechó los errores de la defensa y el portero locales para colocarse 0-2 gracias a dos tantos de Santorum.

Los amarillos dominaban e incluso estaban cerca del tercer gol. Pero en un mal servicio de Fran Álvarez, que tuvo una mañana nefasta, Miguel Eguia logró recortar diferencias. Era el 1-2 y el filial comenzó a crecer y a creérselo. Y terminó de hacerlo al filo del descanso, cuando en una rápida transición De Pablo cayó en el área tras un control algo largo. Cantero no falló desde los 11 metros y mandó el choque empatado al descanso.

El intermedio no frenó la inercia del filial, que encontró al minuto de la reanudación. Borges colgó un balón que se pasaba pero Cantero recondujo de cabeza al corazón del área, donde Pastoriza apareció para poner el 3-2.

La remontada era un hecho, pero Richard castigó a la lenta defensa amarilla en lo que fue el 4-2 rematado por Eguia.

El Cambados estaba hundido y comenzó a jugar a la desesperada. El Pontevedra se defendía bien, pero en una falta de Pacheco, Santorum cerró su hat-trick e hizo creer al Juventud, que se vino arriba y a punto estuvo de empatar a base de empuje a un filial que no terminó de aprovechar los espacios para sentenciar y debió sufrir hasta el último segundo para llevarse un triunfo brillante en la remontada y peleado tras ella.