El entrenador del Pontevedra reconocía ayer al término del encuentro que esta victoria tiene un efecto balsámico para el equipo granate: "La verdad es que nos hacía falta, a los futbolistas, a la afición, todos necesitábamos una victoria, y al final jugábamos en casa contra un rival directo y lo habíamos hablado durante toda la semana que esto era necesario, y por eso estamos muy contentos". Espera que "a partir de ahora esté todo más tranquilo y consigamos de una vez por todas esa tranquilidad que hace falta para que podamos jugar al fútbol".

Luismi explicó que los granates sabían "que no iba a ser un partido fácil" y que consiguieron "con el primer gol un punto de tranquilidad que al futbolista hizo que se sintiera más cómodo y que el peso del partido no nos llevara a imprecisiones y a nervios, o a la ansiedad de ver que no das ganado o que no te pones por delante".

Más intensidad

Además se mostró satisfecho dado que el equipo ya no fue tan horizontal cuando tuvo la posesión de la pelota y ganó en verticalidad: "Se trata de corregir errores y uno de los que cometíamos más a menudo era que con balón no éramos lo suficientemente agresivos ni intensos para hacer daño al rival, hay que tener la pelota pero el objetivo es hacer daño al rival, para eso se tiene la posesión", explicó. "Eso lo hemos hablado, lo hemos mejorado y yo creo que las circulaciones de balón ya fueron más intensas, con pases ya más tensos y hemos conseguido hacerle un poquito más de daño", añadió.

Sobre el bajón que sufrió el equipo tras el descanso explicó que "el rival también juega y sale del descanso con ese empuje y ves que no te salen los primeros pases y que el Cerceda te empieza a meter balones en campo propio y que no das salido; evidentemente creo que esos momentos han sido más mérito de ellos que demérito nuestro, se ven por debajo en el marcador y salen con esas ganas para intentar hacernos gol y sorprendernos al inicio de la segunda parte".

El técnico también alabó el partido de Juan en el lateral: "La verdad es que está siendo espectacular, un chico juvenil se está comportando ahí como un adulto, el trabajo de él está siendo enorme y en saliendo en unas circunstancias que no son nada fáciles, pero la verdad es que está dando un nivel muy alto por lo que estoy muy contento con él, al igual que con el resto de sus compañeros que han trabajado y se han esforzado en el campo hasta el último minuto".

Reconoció que, después de tanto tiempo sin una victoria había que ganar sí o sí: "No es fácil, hay que verse en la situación de los jugadores, van pasando las jornadas, no ganas, estás en el punto de mira de todos..., cuesta llevarlo pero ellos se han sobrepuesto a todo, tenían unas ganas enormes después del partido de Bouzas de salir a hacer un buen partido y así lo han hecho". Espera que este triunfo sea "un punto de inflexión y creo que ahora todos vamos a ir para arriba, a nivel futbolístico y a nivel de tranquilidad de la afición, creo que necesitábamos esta victoria como el comer y ahora se tiene que normalizar todo y a partir de aquí estoy seguro de que se van a ir consiguiendo los resultados".

Cree que el equipo se acerca más a lo él busca: "Poquito a poco vamos consiguiendo lo que yo pretendo, que seamos un equipo agresivo con balón y sin balón". "Me gusta tener el balón, pero me gusta tanto o más la presión tras pérdida o el juntarnos y que el rival no sea capaz de elaborar juego porque estás apretando y robando balón en campo contrario".

Del partido de Copa del miércoles dijo que no renuncia a nada: "Es un partido oficial, defendemos un escudo y los que jueguen van a salir a competir".