Pese a que el choque importante para el futuro del club tendrá lugar el domingo, el Pontevedra tiene en el horizonte nuevos compromisos. Y el primero de ellos pasa por la Copa Federación, que se entromete en la dinámica liguera para dirimir el pase a los cuartos de final de la competición.

El Pontevedra jugará la vuelta de octavos de final el miércoles 24 de enero a partir de las 20 horas en Pasarón ante el Burgos. Si el cuadro lerezano quiere estar en la siguiente ronda, deberá darle la vuelta al 3-1 de la ida.

Luismi Areda mantiene su discurso. El técnico sigue pensando en el "día a día" y deja de lado las especulaciones y la incertidumbre sobre su futuro.

"Lo he dicho desde un principio y me mantengo. Valoro la oportunidad del club. Han confiado en mí. Yo trabajo para que el equipo adquiera los conceptos que entrenamos, mejoremos y ganemos partidos. Todo lo demás no depende de mí. Es cierto que la situación de interinidad sigue existiendo, pero no le doy vueltas porque no es algo que dependa de mí", expresa el técnico.

Para Areda, esta circunstancia especial "no influye" en la dinámica de trabajo diario. Y así lo asegura porque ve que la plantilla "responde y entrena bien".

Pese a todo, el técnico de Vigo sí reconoce que el hecho de que el mercado esté abierto no es la situación más ideal para que los jugadores se centren única y exclusivamente en el encuentro del domingo. "No es agradable vivir con incertidumbre, pero es lo que hay. Yo les digo que tienen que focalizar sus energías en cada entrenamiento y en el choque del domingo para dejarlo todo. Y si al final dejan el club, al menos lo harán diciendo que han luchado por el Pontevedra hasta el final", destaca el entrenador, que ha pasado el primer plazo marcado por la dirección deportiva para decidir sobre su futuro y se sentará en el banquillo al menos hasta el choque contra el Cerceda.