Anunció un cambio del modelo y no se le puede negar que el equipo intentó cumplir los nuevos preceptos. No está clara su continuidad hasta el final de temporada, pero ello no implica que Luismi Areda no llegase al banquillo del Pontevedra directamente desde el Juvenil con la intención de aplicar su librillo. Las ideas claras: dominar desde la posesión y ser agresivos en el robo.

El técnico tenía un rival complicado el primer día para demostrar su trabajo de poco menos de dos semanas. Y salvó el examen, con cierta fortuna y una dosis de agresividad e intensidad en la segunda parte que se había quedado en la caseta en el período inicial.

muchas novedades

Luismi llegó y quiso colocar un equipo acorde con sus ideas de mantener la pelota. Por eso entendió que era el momento para Carlos Ramos, Mouriño y Jorge Hernández, futbolistas más técnicos. En punta, entró Berrocal para dotar al equipo de más calidad arriba en vez de un Etxaniz más peleón, físico y rematador. La otra novedad fue la vuelta al centro del campo de Adrián León, que ejerció como mediocentro defensivo tras jugar muchos partidos en el centro de la defensa.

circulación sin dominio

El Pontevedra buscó durante todo el encuentro sacar el balón jugado desde atrás. La premisa era dejar de lado el fútbol directo y apostar por la verticalidad solo en los últimos metros. Sin embargo, el equipo no fue capaz de dotar su juego de velocidad e incluso jugando lento, acumuló muchas pérdidas y errores que costaron caro. En tres cuartos de campo, faltó profundidad y cambios de ritmo para generar superioridades.

transiciones defensivas

Las constantes pérdidas fruto de la presión adelantada o el buen repliegue celeste condujeron a ocasiones manifiestas de gol para los visitantes. Cuando perdía el balón, el Pontevedra se partía y era incapaz de organizarse en transición defensiva. Ante un equipo que corre tan bien, la falta de tiempo para asentar conceptos se notó aún más.

los cambios, otra cara

Todo cambió en el segundo tiempo. El Pontevedra siguió apostando por tratar bien el balón, pero añadió a su fútbol intensidad, movilidad y más verticalidad. Jorge Hernández comenzó a asociarse con todos los que tenía a su alrededor y, posteriormente, la entrada de Añón y Álex González terminó de dotar de veneno a un Pontevedra que acumuló más méritos ofensivos.

añón y la disparidad

La suplencia de Añón fue uno de los hechos más comentados antes, durante y tras el encuentro. El máximo goleador granate apenas contó con media hora, pero su entrada se notó. Desde el club aseguran que no está al 100% para rendir al máximo los 90 minutos porque ha estado tocado en las últimas semanas. Él asegura que puede jugar de inicio. Disparidad de criterios. A aclarar la situación no ayudó que el coruñés criticase duramente el estilo de juego de su equipo al término del partido en televisión: "Quisimos hacer algo que no sabemos. Controlar tanto es jugar de mentira. Al final se demostró que cuando vamos a hacer daño de verdad es cuando generamos ocasiones".

juan, de nuevo notable

Luisito le hizo debutar en el último choque de 2017 y rindió de maravilla. Y el domingo, Luismi, que lo conoce bien del Juvenil, le volvió a dar la oportunidad y de nuevo respondió. El gol visitante llegó por su banda, pero él no tuvo culpa. Defendió bien y además, se sumó al ataque. El club fichará a un lateral veterano, pero tiene a una promesa ya en casa.

falta tiempo

El empate fue positivo porque, aunque el equipo concedió hasta ocho ocasiones de gol, permite sumar mientras da tiempo a que la idea se asiente. Solo con semanas de trabajo se podrá comprobar si el modelo de Luismi funciona.