Era un partido especial porque, tres años después, los aficionados iban a mirar hacia el césped y no se iban a encontrar a Luisito. Sin embargo, ya desde el primer momento en el que ambos equipos saltaron al campo, a la novedad de encontrar a Luismi en el área técnica local se le unió el hecho de que esta se ubicase en el otro banquillo.

Luismi decidió ocupar el más próximo a Fondo Sur y rompió con la tradición de los últimos años. Su idea, precisamente, era recuperar otra tradición: la que él vivió como jugador del Pontevedra entre 1998 y 2003. "Cuando yo jugaba, nos sentábamos en ese banquillo", admitió en rueda de prensa. Un guiño inteligente a su pasado como central granate.