El palo que este verano se llevaron Marín Peixegalego y Ha Zornotza con sus exclusión de la liga LEB Plata por no cumplir con los requisitos de inscripción fue mayúsculo, pero más rápida aun fue su velocidad de recuperación para construir y adaptar su club a las condiciones de una liga EBA que le abrió las puertas a última hora.

La liga EBA consta de cinco conferencias, de todas ellas tres están subdivididas en dos grupos. Es decir, más de un centenar de equipos pelean por una de las cuatro plazas de ascenso a la tercera categoría del baloncesto español. Dos de ellos, que deberían estar ahí por méritos deportivos, ya se postulan como candidatos importantes a estar en estas posiciones.

Marín y Zornotza forman parte del grupo de seis invictos de todas las conferencias y son, además, los único que han jugado ya ocho encuentros junto al Azuqueca de la conferencia B. Asumiendo que la primera derrota acabará llegando tarde o temprano, que todavía se ha disputado solo un cuarto de liga y que, en el caso de los de A Raña, les falta por verse las caras contra algunos de los gallitos de la liga, tanto marinenses como vascos se postulan ya para la futura final a cuatro en la que, de seguir así, se enfrentarían en la primera parte de la fase de ascenso.

Tal y como está definida la competición, los campeones de cada uno de los dos grupos de la conferencia A tienen acceso directo a la fase de ascenso pero se enfrentarán entre ellos a partido único para ver quién es el campeón de la liga y por tanto acudirá a esta como primer clasificado, midiéndose así a otros tres equipos en una final a cuatro que se disputará en el pabellón del club que llegue con mejor clasificación.