La renovación de Sergio Álvarez se presenta complicada. Las perspectivas cronológicas del portero y del club no cuadran. En Praza de España, entre tanto, siguen observando con optimismo la situación con Radoja y no se atreven a realizar pronósticos sobre Wass.

Sergio Álvarez, el único que acaba contrato el próximo mes de junio y que ya a partir de enero podrá firmar con cualquier club, ha recibido una propuesta del Celta por una temporada. Según fuentes consultadas, el club le mejora la ficha. El principal escollo estriba en la duración.

La directiva mantiene un plan a largo plazo para la portería que está dirigido a que Rubén Blanco e Iván Villar formen pareja durante la próxima década. Pero en lo inmediato todavía se confía en la configuración actual, con Blanco y Sergio disputándose el puesto. Esa sería la situación que se desea la próxima campaña, con Villar otra vez como tercera opción o cedido a otro equipo. La idea del club es reevaluar este programa cada verano. Eso supone renovar a Sergio temporada a temporada. Pero el portero, a sus 31 años, no quiere vivir en una permanente situación de inestabilidad. El catoirano ha de decidir ahora si se arriesga y espera a que el Celta flexibilice su postura o si se asegura ya otro destino tan pronto sea legalmente posible, en apenas cincuenta días.

El Celta no parece tener prisa ni en este caso ni con Radoja o Wass, jugadores a los que todavía resta una temporada de contrato y cuyas negociaciones de renovación están paradas desde hace mucho tiempo. Sin embargo, sigue existiendo la sensación de que habrá final feliz en el caso del serbio. Con el danés hay más pesimismo. El Sevilla está al acecho, aunque la apuesta andaluza dependerá de la continuidad de Berizzo. Aunque no se descarta un giro en el desarrollo de este proceso, lo que tienen claro en Praza de España es que no se repetirá lo sucedido con Krohn-Dehli. Si Wass no renueva antes del próximo verano, será puesto en venta.