Victoria con sufrimiento del Teucro en casa contra Benidorm (27-26). Los azules demostraron que también saben jugar el otro balonmano y sacaron adelante un partido muy serio a pesar de no poder ofrecer su juego rápido y dinámico que les gusta practicar.

El encuentro arrancó algo atascado por parte de los dos equipos. Ni Benidorm ni Teucro consiguieron anotar con facilidad en el comienzo y el primer gol de la noche tardó casi cinco minutos en aparecer, obra de José Rial en un lanzamiento lejano que aprovechó que los alicantinos estaban sin portero para igualar en jugadores el ataque al estar en inferioridad. Fueron momentos en los que se veía a los de Quique Domínguez faltos de fluidez en el juego y sin encontrar a los extremos, con el único recurso de los hombres de primera línea para hacer daño.

Mediado el primer periodo y con los azules mucho más cómodos en defensa, comenzaron a llegar las rápidas transiciones locales. Carlos García empezó a aparecer en el partido para hacer cinco goles casi consecutivos, aprovechándose del espacio que le dejaba la presión del Benidorm sobre Balázquez. Así, el Teucro logró abrir una ventaja máxima de cuatro goles (11-7). Al acierto del extremo cabe unir la gran intimidación de una defensa que fue capaz de blocar hasta cuatro disparos en toda la primera parte.

Un último parcial de tres goles del Benidorm sirvió para que el encuentro se igualase antes del descanso y los de Javier Equisoain incluso tuvieron bola para empatar el partido antes del descanso (13-12), jugando con un jugador más sobre la pista por la exclusión de Bruno De Castro.

La segunda mitad empezó un poco como la primera, pocos goles y muchos lanzamientos imprecisos que no permitían al marcador moverse y, por lo tanto, a ninguno de los dos equipos despegarse en la anotación.

El Teucro encontró en Borja Méndez su mejor arma para conseguir desatascar el ataque y siguió apostando por la dureza en defensa que tan buenos resultados le dio en los primeros 30 minutos, si bien en las rotaciones perdió algo de efectividad.

A quince minutos para el final los visitantes consiguieron ponerse por delante (20-21) en un momento en el que el Teucro se quedaba con uno menos temporalmente por la exclusión de Dani Hernández. Quique Domínguez decidió entonces meter en la pista a Lloria y los azules jugaron muy bien las inferioridades. El guardameta y de nuevo la aparición de Carlos García, fueron fundamentales para los suyos.

Pero esto es Asobal, y las victorias no llegan sin sufrimiento. Con 26-25 en el marcador el Teucro desperdició la posibilidad de sentenciar el juego mientras estaba con dos hombres más por una doble exclusión alicantina (la segunda por hacer mal los cambios) y el triunfo no se materializó hasta que Paván erró en el lanzamiento del empate visitante a falta de poco menos de 30 segundos.