El Pontevedra está destinado a sufrir en esta temporada. Los granates, después de un partido aguantando las embestidas de un Fabril muy peligroso en ataque, volvieron a ceder dos puntos en el tiempo añadido con un gol de Pinchi en la enésima oportunidad de ataque de la que dispusieron los de Coméndez en la segunda mitad.

El Fabril ofreció dos caras antes y después de los dos goles pontevedreses. Añón adelantó a los granates de una forma que ya es un clásico en Pasarón esta temporada; desde el punto de penalti. Poco después volvió a subir el Fabril el empate por mediación de Jardel, quien dio la puntilla a un centro de Galán que se envenenó tras golpear en Mongil.

El Pontevedra se recompuso consiguiendo volver a poner tierra de por medio con una buena jugada de equipo que empezó con la disputada de un balón en el centro del campo de Etxaniz. Álex González consiguió en la prolongación llegar a línea de fondo y poner un centro raso que Añón, pichichi granate, empujó a gol entrando desde atrás con velocidad.

Pero si la primera parte fue de igualdad y lucha, la segunda fue un monólogo coruñés. El filial deportivista dio un recital en ataque y martilleó una y otra vez la portería pontevedresa. Edu fue de nuevo salvador de su equipo, con hasta cuatro paradas salvadoras para evitar males mayores.

Pese a los esfuerzos del meta tudense, el Fabril consiguió finalmente su premio pasado el minuto 90. Pinchi recibió dentro del área un centro de Ismael Díaz y de primeras fusiló a los de Pasarón para ofrecer de nuevo un final de terror a la parroquia granate.