La beca en la Blume se le había acabado y debía decidir: volver a casa o afrontar un nuevo reto lejos del hogar con el entrenador de sus últimos años. Y Beatriz Gómez Cortés eligió lo segundo. Aunque eso pasaba por dejar el equipo de su vida, el Club Natación Galaico.

Bea quería seguir estando a las órdenes del técnico polaco, Bart Kizierowski, y el último grupo de nadadores con los que entrenó en la Residencia Joaquín Blume, del Consejo Superior de Deportes, ubicada en Madrid. Aunque ello conllevase firmar por el Club Natación Sabadell, donde Gómez Cortés ya lleva dos semanas entrenando y dice sentirse "muy a gusto".

"Al final el Sabadell te ofrece más posibilidades. Es un club con más recursos y yo quiero seguir dedicándome a la natación", expone Bea, que recalca su pena por haber dejado el equipo de su vida: "Haber fichado por el Sabadell no significa que tenga nada en contra del Galaico. Al contrario. Estoy súper agradecida".

La nadadora explica que es momento de dejar atrás todos sus problemas de salud y volver a encontrarse bien. "Llevo dos semanas en Sabadell y ya he notado mejoría. Es cierto que esta semana pasada me dio una pequeña migraña, pero ha sido menos fuerte que otras. Creo que el ambiente me está ayudando mucho. Entiendo que el clima es un factor importante y Madrid, por su altura y su poca humedad, quizá me favorecía menos", analiza.

Tokyo 2020

Ahora, la pontevedresa quiere olvidar estos últimos años malos y volver a reencontrar el camino que le llevó a ser olímpica en 2012, con solo 18 años. Pero de la futura cita en Tokyo 2020 prefiere no hablar: "Si me preguntas ahora, claro que te digo que mi objetivo es llegar a los Juegos Olímpicos de Japón. Pero creo que no sería lógico ponerme esa meta. Es una ilusión, pero con el palo que me llevé en 2016 al no poder acudir a Río de Janeiro, prefiero no hablar demasiado de ello".

Por ello, la nadadora pontevedresa se marca como primer y único objetivo a corto plazo "volver al equipo nacional". Para ello, deberá hacer buenas marcas en el Campeonato de España, que se celebrará a finales de año.

De momento, Bea asegura sentirse en la buena línea: "He podido hacer sesiones duras y estoy respondiendo bien". Poco a poco, si la salud le respeta, podrá ir trabajando para mejorar su rendimiento, clave para mejorar en confianza. Mientras, el Galaico echará de menos a la que quizá es la nadadora más ilustre de los últimos años.