Capitán, voz autorizada respondiendo ante el mal trance, no se arredra en la derrota y contesta igual que en la victoria. La estabilidad conduce su discurso, que milita en el trabajo y el esfuerzo cotidianos. El portero sostiene que el tiempo pondrá las cosas en su sitio, porque los demás ingredientes ya los está poniendo el equipo.

- ¿Es más difícil hablar en momentos como este, de malas rachas?

- No, hombre. Tampoco hay que perder el norte. Como sabemos esto es un deporte y, como se suele decir, aunque suene a tópico, unas veces se gana y otras se pierde. Si en las que se pierde aprendemos, positivo será. No hay que pensar que es todo una catástrofe y no vamos a ganar ningún partido. Ni mucho menos. Sabemos que el equipo está trabajando bien, haciendo las cosas bien durante la semana y que, en muy poco, se va a traducirá en puntos.

- ¿Cree que es excesiva la preocupación que hay alrededor del equipo? Me refiero a su entorno.

- No lo sé. Es entendible que la gente que es aficionada al Pontevedra esté preocupada y molesta con la situación y los puntos que llevamos. Aquí siempre ha habido el recuerdo de un Pontevedra que estuvo en Primera, que estuvo en Segunda. Sin ir más lejos, el año pasado disputamos un play off para el ascenso a Segunda y claro, la gente quiere más y más. Nosotros también queremos más, pero somos conscientes de que el camino es difícil. No nos gusta la situación, pero no es definitiva, esto revierte, eh. Un equipo que trabaja con mucha ambición e ilusión conseguirá resultados más pronto que tarde.

- ¿Cuál es el papel de un capitán en momentos así?

- El de mantener la calma y la tranquilidad, entendiendo estas dos palabras. No quiero decir que dé igual que estemos perdiendo, que no hayamos conseguido puntos. No, no digo eso, claro que importa; pero nos tiene que importar para aprender de lo que hemos hecho mal. Ninguno está nervioso, ninguno está intranquilo porque vemos cómo trabajamos, vemos lo que hacemos. Cuando trabajas bien, eso da cierta dosis de tranquilidad, porque sabes que los resultados llegarán. Eso pasa en el fútbol y en la vida misma

- ¿Y qué les pasó el otro día al encajar el primer gol? Parecían otro equipo en la primera parte.

- Nosotros también vimos que en los primeros 25 o 30 minutos del partido le creamos problemas a todo un Fuenlabrada, que no hay que olvidar que es un equipo muy potente. En la segunda parte todo cambió un poco a raíz de su gol. Bueno, suele pasar. No hay que ser catedrático para saber que cuando un equipo está en una dinámica mala, te meten un gol y pesa más. Pesó más, de lo que tenía que haber pesado porque estábamos haciendo un buen partido. No supimos encajar el gol, fue un golpe duro y nos dejó un poco noqueados; pero eso se analiza y es el aprendizaje del otro día: a pesar de que te den un golpe hay que seguir remando.

- ¿A qué achaca que no hayan alcanzado su mejor nivel? ¿Es físico o futbolístico? Entiendo que descarta el factor psicológico.

- Sí, bueno, yo descarto las tres porque físicamente estamos bien. Hubo gente que tuvo ciertas molestias y que, como en todo deporte, puede llegar un momento que se lesionen. Futbolística tampoco porque hemos mejorado en cuanto al juego. Lo achaco más a circunstancias del juego, de este deporte, que uno no controla. Hay variables que sí controlas. El aspecto físico lo preparamos, el táctico, el estratégico; pero hay circunstancias que se pueden dar en un partido que no las puedes preparar. Son propias del momento.