Mientras que la temporada pasada a estas alturas del verano el Pontevedra ya tenía más o menos claro contra qué rivales se iba a enfrentar en la liga, para la 2017-2018 la incertidumbre es mucho más alta al manejarse un número amplio de alternativas que podrían afectar a los equipos gallegos.

Así las cosas en el día de ayer se dio un paso importante para establecer todos los grupos con la propuesta de la Comisión de Clubes de Segunda B. Ésta emparejaría a los siete equipos de la comunidad autónoma gallega con otros tantos de Madrid, los dos manchegos, y los castellano-leoneses sin contar a los dos clubes burgaleses (Burgos y Mirandés).

El próximo día 20 de julio los representantes de todas las delegaciones territoriales tendrán una asamblea general en la Federación Española en donde deberá ratificarse esta configuración que se completaría con un Grupo II formado por: Asturias, Cantabria, Navarra, Burgos, La Rioja y Euskadi. Grupos III con: Aragón, Cataluña, Valencia y Baleares. Y Grupo IV con: Andalucía, Murcia, Canarias, Melilla y Extremadura.

Otras propuestas

La apuesta del fútbol gallego era una división continuista en la línea de los dos últimos años. Galicia se mediría a Castilla y León, Asturias y a Navarra. No eludiría los largos desplazamientos a la comunidad Foral, pero a cambio se quitaría de en medio a un durísimo rival como es el Rácing de Santander para recibir a otro como el recién descendido Mirandés. Esta subdivisión tenía una segunda alternativa que sería de la sustituir a los dos equipos de Burgos por los de Castilla-La Mancha.

En cuanto a las propuestas de otras delegaciones, dos destacan por encima del resto en cuanto a la influencia ejercida para el Pontevedra. Por un lado la de los integrantes de la Federación castellano-leonesa, que votan por abandonar a los vecinos gallegos y proponen para Pontevedra y compañía una composición grupal compuesta por Galicia, Asturias, Cantabria y el País Vasco. Dicha opción ya fue bastante frecuente durante muchos años en la categoría, cuando el grupo I se conocía como el grupo del Norte.

El principal damnificado con dichas posibilidades volvía a ser un año más el fútbol Navarro. Los cuatro equipos de esta delegación llevan dos temporadas sintiéndose perjudicados por una distribución que les alejaba de sus vecinos vascos, lo que les repercute en gastos de desplazamiento y les impide recibir un buen pellizco de taquillas por las visitas de aficiones cercanas. Liderados por el Peña Sport, pusieron en marcha una propuesta que contó con muchos apoyos y que es la más cercana a la que finalmente será elegida. De esto modo Navarra proponía un Grupo I compuesto por Galicia, Castilla y León y Madrid.

Dicha liga contaría con un importante potencial pues además de la fortaleza de conjuntos como el propio Pontevedra, el Celta B o el Rácing de Ferrol también sumaría a Ponferradina, Burgos y Mirandés y la de los filiales de Real Madrid y Atlético junto a otros aspirantes a play off como Majadahonda o Fuenlabrada. Tal y como todo indica que quedará finalmente, los de Luisito esquivarán a la potencia de Burgos para quedarse con el Toledo (que jugó play off) y el Talavera.