- La primera tarea es que los nuevos se adapten al sistema de juego de Luisito para sumar los puntos, ¿cuesta mucho al principio?

- Es complicado, pero a base de trabajo y mucha concentración en cada entrenamiento se puede conseguir. Con el paso de los días se le van poniendo las pilas a los que vengan nuevos, eso es cosa del míster. Los que llevamos aquí más tiempo intentaremos ayudar lo máximo posible, lo que podamos, como se viene haciendo desde siempre. Cuando llegué me sucedió lo mismo, y me trataron muy bien desde el primer momento, y ahora me toca a mí hacer de buen anfitrión. Ese no puede ser un problema para que el equipo logre buenos resultados.

- ¿Han sido duras las negociaciones para renovar?

- Fue todo muy fácil. Cuando Luisito me comunicó que quería que siguiese en el equipo todo fue muy fácil. Mi predisposición siempre fue la de seguir al cien por cien y eso evitó cualquier tipo de negociación dura. Lo cierto es que nunca pensé en irme a otro sitio.

- ¿Qué opinión tiene de la afición del Pontevedra?

- A mí cuando llegué me sorprendió mucho porque me habían hablado de que era una afición muy exigente y que no tenían reparos en cantarle las cuarenta al jugador que no estuviese metido en la lucha. En el tiempo que llevo aquí las cosas siempre nos han ido bien y lo que puedo decir de la afición es que sabe valorar el esfuerzo y el trabajo de los jugadores. Te pueden salir las cosas mejor o peor, pero siempre tienen en cuenta el esfuerzo de cada uno, y eso creo que es lo más importante para nosotros. Es un lujo tener esta afición.