El Boiro celebró ayer a última hora una asamblea de socios que podría desembocar en la desaparición del club o un posible descenso de categoría ante las denuncias presentadas por varios jugadores de la plantilla de la pasada temporada, lo que supone que hay que hacer frente a 94.000 euros de forma urgente, además de disponer de otra cantidad para hacer frente al aval que les permita seguir en la categoría de bronce del fútbol nacional.

El presidente, David Places, tenía previsto presentar su renuncia a seguir en la poltrona y ante la posibilidad de que no aparezca ninguna otra candidatura, el club se quedaría sin nadie para hacerse cargo de las gestiones para realizar los trámites de cobros y pagos que están pendientes de realizar.

En un principio se espera que en las próximas horas Abanca y la Diputación hagan efectivas las cantidades que tienen pendientes, lo que le daría viabilidad económica a la entidad por un espacio de tiempo para poder solucionar los problemas más urgentes.

Los jugadores que tienen presentadas denuncias son Manu Fernández, Cano y Yago, que son a los que hay que poner al día en sus pagos. A nivel deportivo, la situación tampoco es muy optimista debido a que solo un jugador de la plantilla, Yago, tiene contrato en vigor por una campaña más.