El Pontevedra vuelve al lugar que nunca debió abandonar. El Juvenil A lerezano se impuso por 2-3 al Deportivo B, segundo en la tabla, y amarró un tercer puesto que le devolverá el puesto en División de Honor.

El equipo dirigido por Óscar Guimeráns culminó una grandísima temporada de la mejor forma posible. La escuadra lerezana, con muchos jugadores de primer y segundo año, fue creciendo con el paso de los encuentros hasta completar una segunda vuelta fantástica en la que rompió a golear y ayer consiguió el premio a tanto trabajo.

Le hacía falta un punto al equipo pontevedrés siempre que el Racing de Ferrol, quinto, y el Racing Villalbés, cuarto, ganasen los dos partidos que les restaban. Y consiguió un botín mayor y a la primera. Lo hizo además remontando y demostrando personalidad. Fabeiro no estuvo contundente en el despeje y el balón le cayó a Killian, que tuvo tiempo para pensar como definir ante Raúl y lo hizo de la mejor manera para poner el 1-0.

Entonces, cuando las dudas podían haber entrado, el equipo de Guimeráns tomó las riendas. Comenzó a dominar y fruto de su fútbol encontró el empate en un chutazo de Álex Barbeito a la salida de un córner.

Con el empate, el equipo se creció y en la segunda mitad demostró su mayor motivación. El Pontevedra sabía que un nuevo tanto le daba el ascenso casi seguro y lo logró por medio de Lezcano, que interceptó un pase de un defensa y batió a Benjamín.

Pero aun quedaba la traca final. Moncho sentenció el encuentro diez minutos después y otorgó al Juvenil A su puesto de Honor, que además permite al Juvenil B ascender hasta la Liga Nacional que abandonan sus mayores.