Vicente Mir todavía se resiste a dar por muerto al Pontevedra en esa eliminatoria y no quiere que nadie en su plantilla salga relajado al choque de vuelta para que en ningún momento se pueda meter el cuadro granate en el partido.

Receloso de cualquier tipo de espionaje ante la cercanía del partido el técnico pimentonero ha decidido que la última sesión de trabajo de sus hombres, la que harán en la mañana del día previo del partido, sea a puerta cerrada tal y como hizo Luisito la pasada semana.

Los mensajes de la plantilla murciana son claros. La eliminatoria no está todavía cerrada y no se han cansado de repetirlo desde la rueda de prensa posterior al choque de Pasarón para concienciar a su gente de que el apoyo desde las gradas será necesario para poder eliminar al Pontevedra en su camino hacia el ascenso. Pese a todo, las ventas de entradas durante esta semana hacen suponer que el estadio no estará cerca del lleno en este encuentro ante los granates.