Ramón Martínez Enríquez "Moncho" es el único miembro de la actual plantilla del Pontevedra CF que disfrutó del ascenso del club a Segunda División en la temporada 2003-2004 y que tiene la posibilidad de disfrutar de ese momento mágico con motivo del play-off que comienza a disputar esta tarde ante el Murcia.

En aquella temporada, el canterano comenzó la temporada como titular, pero una grave lesión en la jornada sexta, posibilitó la llegada en el mercado de invierno del peruano Paco Bazán, que fue titular en el play-off. El otro guardameta del equipo que dirigía José Aurelio Gay era el argentino Martin Ragg.

El exmeta granate, que ahora ejerce como entrenador de porteros en el cuerpo técnico que encabeza Luisito, considera que el equipo tiene opciones de repetir la hazaña al señalar que "la eliminatoria está al cincuenta por ciento antes de comenzar a rodar el balón. La vamos a afrontar con ilusión y con ganas de superarla para seguir avanzando en la competición".

Sobre la similitud de esta plantilla con la que ascendió en aquella temporada, Moncho afirma que "independientemente de la calidad y del juego del equipo, destacaba sobre todo la unión que había entre todo el plantel, algo que también sucede ahora mismo. El éxito deportivo viene como consecuencia de lo saneado que esté el vestuario. Tiene que existir rivalidad entre todos sus miembros, pero siempre buscando el mismo objetivo".

En relación al apoyo de la afición en aquel momento y el actual, el pontevedrés considera que "son momentos diferentes. Veníamos de jugar tres fases de ascenso seguidas y la afición estaba muy volcada. Había otros condiciones, pero a la afición actual no se le puede reprochar nada. Nos han apoyado en todo momento y pienso que hubo partidos en el que nos llevó en volandas para conseguir la victoria".

Recordando esa campaña y la diferencia del juego granate con el de ahora, Moncho señala que "aquella plantilla estaba confeccionada para hacer un fútbol muy ofensivo. A su llegada al club en la anterior campaña, José Aurelio Gay ya trató de inculcarle esa filosofía de juego al equipo, y después en la temporada siguiente los fichajes que vinieron fueron en esa línea. Se potenciaba más el fútbol ofensivo que el defensivo. Este Pontevedra tiene mucho más equilibrio, tanto a la hora de defender como de atacar".

Considera que el equipo no está presionado al señalar que "el objetivo era mejorar el puesto de la campaña anterior, aunque estaba claro que si habíamos quedado octavos ya nos valía ser séptimos. Había que buscar la mejor posición posible y lo hicimos partido a partido. Encadenamos buenos resultados y la temporada en casa fue buena. El trabajo al final nos dio el éxito de poder estar en el play-off y jugarlo como si fuese un premio".

"La eliminatoria se va a decidir por pequeños detalles, serán los que marquen las diferencias. Pienso que los dos partidos se van a resolver con pocos goles, aunque siempre se dan situaciones que son incontrolables", señala el entrenador pontevedrés.